
Para Michael Ford, en su libro HENRI NOUWEN, EL PROFETA HERIDO, es indudable que este reconocido autor es una de las figuras espirituales más notables de su generación, y un sacerdote carismático que actuaba como un poderoso mediador de la presencia de Dios a través tanto de su vida como de sus obras. Era también un hombre lleno de heridas, que se convirtieron en una fuente de curación para muchos, y de hecho vivió una vida espiritual en plena lucha, animando a otras a actuar del mismo modo. No era una persona totalmente equilibrada, sino que vivió en medio de profundas tensiones, pero eso le hizo más sensible a las heridas, tensiones y necesidades de los otros.
1- Como escritor, tenía palabras que conectaban con su tiempo y que ayudaban a las personas a encontrar a Dios y a ser encontradas por él.
2- Percibía la sed espiritual de nuestra época y era capaz de ofrecer consuelo donde únicamente parecía haber desilusión.
3- Conseguía comunicar ideas y conceptos teológicos sumamente complejos formulándolos de manera eficaz y sencilla, pero no por ello menos profunda.
4- Era un teólogo que oraba, y sus palabras procedían tanto de su corazón como de su mente.
5- Llamaba a las personas a una teología viva del encuentro y la comunidad, en la que era posible potenciar las relaciones mutuas y con Dios, y sus libros describen los modos en que los lectores pueden empezar a adoptar esa nueva visión.
“Espiritual” era la palabra más importante en el vocabulario de Nouwen. Parte de su genio particular consistía en que no sólo trascendía las divisiones religiosas e interesaba a todos los cristianos, sino que también atraía a personas de otras tradiciones de fe. Era un sacerdote fiel de formación católica tradicional que atravesó barreras denominacionales. Numerosas personas de cualquier convicción religiosa descubrían gracias a él un camino hacia el corazón de Dios.
Nouwen tenía muchos defectos, pero esencialmente era una persona inteligente, íntegra y compasiva. Era un sacerdote que buscaba impacientemente el amor y la libertad, y llegó a ver la espiritualidad y la sexualidad no como fuerzas rivales, sino como dones procedentes de la misma fuente.
1- Como escritor, tenía palabras que conectaban con su tiempo y que ayudaban a las personas a encontrar a Dios y a ser encontradas por él.
2- Percibía la sed espiritual de nuestra época y era capaz de ofrecer consuelo donde únicamente parecía haber desilusión.
3- Conseguía comunicar ideas y conceptos teológicos sumamente complejos formulándolos de manera eficaz y sencilla, pero no por ello menos profunda.
4- Era un teólogo que oraba, y sus palabras procedían tanto de su corazón como de su mente.
5- Llamaba a las personas a una teología viva del encuentro y la comunidad, en la que era posible potenciar las relaciones mutuas y con Dios, y sus libros describen los modos en que los lectores pueden empezar a adoptar esa nueva visión.
“Espiritual” era la palabra más importante en el vocabulario de Nouwen. Parte de su genio particular consistía en que no sólo trascendía las divisiones religiosas e interesaba a todos los cristianos, sino que también atraía a personas de otras tradiciones de fe. Era un sacerdote fiel de formación católica tradicional que atravesó barreras denominacionales. Numerosas personas de cualquier convicción religiosa descubrían gracias a él un camino hacia el corazón de Dios.
Nouwen tenía muchos defectos, pero esencialmente era una persona inteligente, íntegra y compasiva. Era un sacerdote que buscaba impacientemente el amor y la libertad, y llegó a ver la espiritualidad y la sexualidad no como fuerzas rivales, sino como dones procedentes de la misma fuente.
Es cierto que Nouwen dejó inéditos algunos textos sobre sexualidad y espiritualidad?
ResponderEliminarParece que sí, lo recoge Michael Ford en este libro que les comento, y la publicación de estos es esperada con interés por lectores y especialistas. Si hubiera seguido con vida puede ser que Henri nos hubiera regalado un libro sobre el tema, pues estuvo leyendo e investigando arduamente sobre ello.
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