miércoles, 16 de abril de 2008

En camino.


He traido conmigo en este viaje a República Dominicana uno de los libros de Merton: me ayuda en mi oración personal, y me hace sentirlo cercano como siempre. En librerías no hay nada que ya no tenga suyo, por eso me traje "Un año con Thomas Merton". Es de él que he tomado los textos que voy citando en estos dias, y que nos hacen partícipes de su propio camino espiritual para iluminar el nuestro, pues no tenemos que ser como Merton, sino como nosotros mismos, en esa llamada o vocación única que cada uno vive con Dios.




"Cada hombre es su propio Jacob. Despierta a los pies de su propia escala y ve a los ángeles subiendo y bajando, con Dios en lo alto de ella. Y así despierta en su propia e irreconocible casa, su puerta del cielo". (TM)






Dios es nuestra casa, en ella estamos, hacia ella viajamos. La puerta del cielo, diría el propio Merton, está en todas partes. Y ante esta promesa realizada ya en buena medida, nos preguntamos con él:



"¿Cuándo estaré más limpio, seré más sencillo y más amante?" (TM)




Es la insatisfacción de siempre, el buscar más, el saber que únicamente en Dios encontramos plenitud.

2 comentarios:

  1. No existen las casualidades. Hace un par dias descubri el blog. Aprecio y leo a Thomas M., el es un referente y balsamo para mi. Jacob?, casualmente perteneci a una comunidad de base que llevaba por nombre Betel. Y es asi, es como la cancion: "...volver a vos, volver a amar, volver a respirar; saberme comprendido por tu amor...". Jacob ademas, recibe una promesa que lo liga eternamente a Dios, y lo hace hogar viviente del amor divino. Ojala la recordaramos mas seguido...

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  2. Más amar y más servir, en camino hacia el Padre, una propuesta que nos saca de nosotros mismos.
    Gracias,

    Inés

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