"Hay un bien moral objetivo, un bien que corresponde al valor real del ser, que produce y confirma el significado interior de nuestra vida cuando obedecemos a sus normas. Tal acto nos integra en el entero movimiento vivo y en el desarrollo del cosmos, nos pone en armonía con todo el resto del mundo, nos sitúa en nuestro sitio, y nos ayuda a cumplir nuestra tarea y a participar fecundamente en la obra del mundo entero y en su historia, tendiendo a su sentido y cumplimiento definitivos. En resumen, es un acto de obediencia a Dios. A veces puede ser necesario que vayamos contra las normas sociales para obedecer a las normas reales del bien objetivo según la palabra directa de Dios. Pues cuando las normas de conducta de una sociedad se hacen arbitrarias, caprichosas y pragmáticas, hay gran peligro de que uno entre pasivamente en cooperación con la injusticia y el mal, y rehúse el previo mandato de Dios". (Thomas Merton; Conjeturas...)
Lo que dice Merton tiene que ver con lo que a menudo sucede respecto al testimonio del cristiano; o es verdadero y desafía al mundo, o simplemente es puro conformismo y justificación de lo que hay. Creo he leído otro texto en sus diarios que dice más o menos lo mismo. Leer este texto a la par del Evangelio de este domingo puede ser iluminador
ResponderEliminarCómo corresponder a Dios con nuestras vidas: es importante estar despiertos para descubrirlo y confirmarlo, "un acto de obediencia a Dios" que nos plenifica como personas.
ResponderEliminarSiempre el lenguaje con que expresa T.M. desde distinos aspectos la experiencia de Dios da lugar a reflexiones que iluminan y alegran el espíritu.
Gracias,
Inés
Es importante reflexionar acerca de cuánto obligan las normas de cualquier sociedad al cristiano realmente comprometido con su fe; el hecho de pertenecer a un credo, ¿Le libera de acatar ciertas normas establecidas civilmente? Estas palabras de Merton las asocio con ciertas noticias que leo en la prensa de estos días, y me parecen traer mucha luz para enriquecer la reflexión.
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