
" ¡Cualquier palabra que viene de Dios es noticia!
Pero nuestra idea de las noticias, nuestra idea periodística de las noticias, podría llevarnos a creer que cualquier palabra es noticia excepto la que venga de Dios. Como si lo dicho por Dios hubiera de estar tan fijado, tan determinado, tan rígido en su forma establecida que nunca pudiera ser nada nuevo, nunca impredecible, nunca asombroso, nunca atemorizador.
Los que predican el Evangelio como si no fuera ni pudiera ser noticia, como si nunca pudiera volver a ser noticia, dicen a su manera, y mucho más terriblemente que Nietzche, que "Dios a muerto". Lo declaran oficialmente, lo proclaman, no como la paradoja de un excéntrico, sino como la doctrina de su iglesia.
¿Qué hace al evangelio ser noticia? La fe, que es creada en nosotros por Dios y con la cual lo oímos como noticia. Esta aceptación de la fe, este nuevo nacimiento en el Espíritu, abre una nueva dimensión en que se reunen el tiempo y la eternidad, en que todas las cosas se hacen de nuevo: eternidad, tiempo, nuestro yo, el mundo a nuestro alrededor.
Pero la noticia del Evangelio también es más que un descubrimiento personal y subjetivo, mi propia toma de conciencia aquí y ahora, de un mensaje universal. Es cierto que lo que es conocido por todos los que han creído llega a ser conocido también por mí, con alabanza, con asombro, con la luz creativa y la paz de la oración interior. Y mi descubrimiento debe enriquecer en cierto sentido la luz y la alegría de todos. Pero más que eso: el Evangelio apunta a un suceso futuro que aun no se ha cumplido: la plena revelación de la Gloria y del Reino de Cristo. Ya reina, pero su reino todavía no está manifestado como lo estará.
Pero eso lleva consigo otra tentación: la falsa noticia de los que tienen demasiado mensaje, un mensaje demasiado claro: "Mirad, ahí está Cristo, ahí precisamente. Y nosotros somos los que os lo hemos encontrado". Tienen la fecha y la hora de su venida, y ellos mismos forman parte de la noticia. Una parte muy importante, por cierto. La segunda venida es noticia de ellos.
No hay que creer tal noticia. El propio evangelio es mucho más sencillo. Ahora es el juicio del mundo, y la más nueva de todas las noticias, porque es el sencillo e inescrutable corazón de todos, la vida y el latido de toda historia de todo hombre y de toda raza y de toda nación.
El Evangelio es la noticia de que, si quiero, puedo responder ahora con perfecta libertad al amor redentor de Dios al hombre en Cristo, de que ahora puedo elevarme por encima de las fuerzas de la necesidad y del mal para decir "si" a la misteriosa acción del Espíriu que transforma el mundo aun en medio de la violencia y de la confusión y de la destrucción que parecen proclamar su ausencia y su "muerte".
Thomas Merton.
"Conjeturas de un espectador culpable".
La fuerza del AHORA en la vida espiritual. Aquí Merton lo capta muy bien a la hora de releer el Evangelio y hacerlo desde el PRESENTE. Ello es muy importante, porque la TRADICIÖN no puede ser una carga, un lastre, a la hora de interpretar el presente, sino un impulsor, para alcanzar el futuro desde el AHORA.
ResponderEliminarMario.
El Evangelio es siempre noticia nueva y buena. Y para mí, sobre todo, noticia provocadora de una respuesta en el aquí y ahora de cada uno.
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