

Hoy he tenido la oportunidad de escuchar una exposición en clases sobre Thomas Merton, a cargo de Elvira Rodena; ella es profesora de Quimica, pero también ha estudiado teología, y presentó su tesis de licenciatura en Comillas en 2005, justamente sobre Merton, por eso el profesor de nuestro seminario sobre Corrientes espirituales del siglo XX, José García de Castro, le invitó. Para mí es un regalo oir hablar sobre Merton, ver que su figura es centro del debate y la reflexión, pues ese ha sido mi propósito siempre, pensando que el testimonio de Merton es una riqueza para el pensamiento cristiano de estos tiempos.
Conocí a Merton hace unos 20 años, cuando leí su autobiografía, y hace unos 10 que me he dedicado pacientemente a leerle y reflexionar sobre su vida y sus escritos. Nunca he tenido pretensiones académicas, sino puramente espirituales, aunque ahora me vea inmerso en la preparación de una tesina de licenciatura sobre su persona. Es algo que casi se impuso y que he acogido con cierto temor, pero también con la certeza de que me ayudará a conocerle más y a darle a conocer.
De la conferencia de Evira Rodena me ha quedado como motivación el deseo de ahondar más en la antropología que Merton propone en sus escritos. Es una tarea pendiente que tengo desde hace tiempo, una lectura paciente de "El hombre nuevo", para encontrar claves que me ayuden a entender su marcado humanismo, a la hora de interpretar la tradición monástica.
En el trabajo que realizo sobre Merton quiero tratar fundamentalmente acerca de su modo de entender y buscar la santidad cristiana, y esto desde una perspectiva previa de comprensión de la santidad, de la que he comentado a menudo en este blog, y de la que pueden encontrar pautas frecuentemente en los textos que comparto. No quiero defender que Merton sea canonizado, no es esa mi pretensión, sino comprender mejor la llamada de todos a la santidad, la condición de "santos" que compartimos los cristianos a causa de nuestra pertenencia Cristo por el bautismo.
La experiencia de conversión de Merton, descrita con tintes dramáticos en su autobiografía, es paradigmática, y muy estimulante, aun hoy, a más de 60 años de que fuera publicada y se convirtiera en un best seller.
Recientemente ha sido editada otra vez "La montaña de los siete círculos", y con muy buena presentación, es decir que está otra vez al alcance del gran público, por lo que espero Merton siga haciendo amigos y amigas para Cristo.
Otras lecturas me acompañan en estos días, está mi mesa llena de textos de TM: "Acción y contemplación", "Conjeturas de un espectador culpable", "La revolución negra", "El camino monástico".
Tenemos Merton para rato. Y hoy mismo he visto en internet, y me ha sorprendido, que el pasado año LUMEN publicó "Ascenso a la verdad", pues no lo he visto en las librerías. Ya preguntaré.
Me agrada leerte, hoy especialmente, preparo lectura para llevar a mi viaje y por supuesto Merton no faltará en mi bolsa.
ResponderEliminarGracias por esta información.
Un abrazo
mj
Desde este blog, que es también su casa, le estamos deseando a nuestra amiga mj un viaje lleno de oportunidades para despertar el espíritu; estoy seguro que vendrá renovada y con ganas de seguir regalándonos poemas para vivir.
ResponderEliminarMerton es inagotable y, afortunadamente, su difusión cada vez más amplia. Lo que es muy positivo, porque sembrar conocimiento abre la posibilidad de que lo que se conoce se ame y fructifique; contando también, claro, con que una parte vaya a parar a terrenos personales yermos...
ResponderEliminarManuel, la profesora a la que haces referencia creo que es la catedrática de química física Elvira Rodenas Ciller, a la que hace unos años escuché una conferencia en la universidad que hacía referencia al saber y la biblia, relacionando el estado actual del conocimiento con la sabiduria oriental y la de Israel. Muy interesante.
Es fácil ver que Merton ha llegado a manos limpias, con usted. Cosa de vital importancia, sobre todo en cuestiones de espiritualidad. Porque siempre hay los que rigen su vida y sus actos por la ley del uso , con el único fin del beneficio propio. Y esta gente es especialmente peligrosa cuando usa y utiliza a Merton, a la espiritualidad o a la teología con oscuras pretensiones. Ensucian lo que pasa por sus manos. Y la gente se queda con la falsedad del intérprete y no con la autenticidad del autor; pasa con Merton, con Cristo y con los santos.
ResponderEliminarLuis
Exactamente, de Evira Rodenas Ciller se trata; una mujer muy agradable, que contagió en la clase el entusiasmo por Merton.
ResponderEliminarEl mensaje de Luis me ha dejado pensando, porque no soy capaz de entender claramente a que realidad concreta hace alusión.
Interpreto que Luis hace referencia a la realidad clara y constatable de todas las personas que se alejan de la religión y el camino espiritual por el mal ejemplo de algunos de sus “representantes oficiales” (sacerdotes, religiosos, profesores de teología…). Gente que lo que predica, dice o enseña no concuerda con lo que hace y vive. Ejemplos de los que, sin duda, todos podríamos dar ilustraciones.
ResponderEliminarEn palabras evangélicas, entre el trigo hay también cizaña. Habría que separarla, porque hace mucho daño.
Te respondo anónimo, porque hablas anónimo. No te enteras. Estás trayendo a este espacio, dedicado limpiamente a la espiritualidad, un tema que no viene al caso, por lo menos no de esta manera. Los que suelen juzgar no son más limpios, y la verad es la verdad también más allá de quien la predique. Aquí Manuel nos invita a compartir experiencias espirituales, no a sembrar cizaña, o a convertirnos en jueces de nadie.
ResponderEliminarSi estás tan limpio, porqué tienes ese tono de ira?.
ResponderEliminarSi aborreces de los que juzgan, porqué te conviertes tú en juez?.
Si tú te enteras de todo, enhorabuena.
Si ves la cizaña en el ojo ajeno, a lo mejor es que la tienes en el tuyo primero.
Bendiciones anónimas, héroe de la verdad y la coherencia! Y cuando te sientas aludido, herido o agredido pon la otra mejilla, serás más ejemplo.
Dejad que los que se enteran de todo, y ven perversos a todos los que no tienen su santa opinión, se retraten en sus respuestas.
ResponderEliminarGracias a Dios, para los que traen casos y los tratan de la manera que creen más conveniente, ya pasaron épocas de juicios inquisitoriales.
Pedro Reyes Oliveros
P.Manuel,
ResponderEliminarPienso que la santidad cristiana es un tema que ilumina y da sentido, de raíz, a la vida de todos los bautizados, y a los consagrados nos convoca a vivir más radicalmente unidos a Cristo en comunidad para la misión. Le agradezco que nos comparta en el blog este tema.
Con respecto a la liturgia
(oficio,misa,sacramentos...) aparece en algunos de sus escritos con un lenguaje que llega con la fuerza de la oración, despierta la esperanza, y la fe.
¿En alguno de sus libros, Merton trata el tema de la Eucaristía, en especial de su experiencia de oración eucarística?Me interesa leer algo más sobre este tema.
Saludos, y gracias por compartir.
Inés
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ResponderEliminarEs una pena que teniendo aquí la oportunidad de compartir nuestras experiencias a un nivel más espiritual, más allá de una mera pertenencia a una u otra estructura, algunos amigos se queden en la descalificación o el insulto. No es el tema los que les descalifica, sino el modo de presentarlo. Yo creo que la lectura de Merton me hace bien, porque me ayuda a vivir el Evangelio, porque su experiencia espiritual me estimula a buscar la propia, y porque además su santidad está al alcance de cualquiera. Gracias, Manuel.
ResponderEliminarLaura.
Ines: Merton no tiene un libro dedicado especialmente a la eucaristía, aunque hace referencia a ella muchas veces en sus escritos. Por ejemplo, en EL SIGNO DE JONÁS, después de su ordenación sacerdotal, habla de lo que suponía celebrar, y antes también, cuando se preparaba para ese momento. Es que la mirada de Merton es más general, ofrece más una mirada general en la que luego nosotros descubramos los elementos particulares. Sería interesante hacer una selección de textos de TM referidos a la Eucaristía.
ResponderEliminar¡Qué gran noticia! Llevo años intentando localizar "La montaña de los siete círculos", y ni siquiera en librerías de viejo, o en inglés. Sólo me hablaron en una ocasión de un ejemplar en francés, pero nunca lo tuve en mis manos. No comprendo la falta de interés de los editores por obras interesantes como esta. En fin, que me alegro de que esté otra vez accesible.
ResponderEliminarVoy a empezar a seleccionar de algunos de los libros que tengo leídos de T.M. aquello que haga referencia a su experiencia eucarística.
ResponderEliminarGracias por la idea, me va a ayudar para profundizar en mi vocación y carisma, sin dejar de lado las fichas que ya tengo de los escritos de santa Rafaela y su experiencia eucarística. Los textos de Merton son muy claros a la hora de explicar su experiencia de Dios.
Inés