
Entre las prácticas de algunas religiones orientales y en la llamada "meditación trascendental”, está la repetición de los “mantras”. Consiste en colocarse en una postura que facilite la concentración y en repetir alguna palabra que provoca un estado de concentración y relajación. Se cree que así se produce una especial armonía con el universo. Los cristianos, al tener la riqueza del Evangelio, podemos tomar frases de este que tengan algo que ver con lo que estamos viviendo. Por ejemplo, si estoy en un estado de nerviosismo o de inquietud, sin saber por qué, puedo repetir la frase de Cristo “Yo te doy mi paz, yo te doy mi paz”, y descubrir cómo poco a poco la paz de Cristo va llenando mi interior. Si estoy inseguro y me siento débil, desprotegido, puedo repetir las palabras de Cristo: “Yo estoy contigo hasta el fin del mundo” o simplemente “Yo estoy contigo”. Cuando sienta la vida rutinaria y poco atractiva puedo evocar la frase: “Yo vine para que tengan vida”. Y para cualquier ocasión nos servirán estas: “Yo te amo con un amor eterno”, “Yo nunca te olvidaré”. Es importante advertir poco a poco que por medio de mi propia voz Dios me dice esas palabras a mi mismo.
“Un camino espiritual que no conduce a la vida cotidiana es un camino errado. Religión es vida cotidiana. Lo que llamamos tradicionalmente religión es tan solo la celebración extraordinaria de la vida cotidiana” (Willigis Jager)
“De cada lugar de la vida se eleva una escalera hacia el cielo”. (Anselm Grun)
“Un camino espiritual que no conduce a la vida cotidiana es un camino errado. Religión es vida cotidiana. Lo que llamamos tradicionalmente religión es tan solo la celebración extraordinaria de la vida cotidiana” (Willigis Jager)
“De cada lugar de la vida se eleva una escalera hacia el cielo”. (Anselm Grun)
Hola Manuel, soy Salvador y llego a ti por medio del blog de Ricardo.
ResponderEliminarEncantado de bucear por tu espacio y muy gratamente gozoso de poder hacerlo. Me parece muy profundo y bueno, cargado de sabiduría y de caminos para meditar y crecer.
Comparto contigo todo lo que expones en este post y me uno al pensamiento que conceptua la vida cristiana como un camino ascendente de crecimiento cuya expresión celebrativa es la liturgia.
Espero seguir bebiendo de esta estupenda fuente.
Un abrazo en XTO.JESÚS.
Un camino espiritual que se vive en lo cotidiano, que se celebra viviendo cada momento, cada circunstancia. No hace falta más liturgia.
ResponderEliminarAl señor Perez Alayon lo conozco por sus intervenciones en otros blog, especialmente en el llamado "para compartir". Por eso me extraña que esté tan de acuerdo con todo, porque hay diferencias.
Pablo Cortés Serrano
Hola Pablo, no entiendo muy bien a que te refieres. Tampoco sé si me he explicado bien, o al menos lo que quiero decir. Lo que creo y defiendo es que un cristiano tiene que ser coherente y la expresión de su celebración, es decir, la liturgia, las manifestaciones religiosas tienen que ser consecuencia de su vivir cotidiano en la vida.
ResponderEliminarLa vida nuestra de cada día, nuestros problemas, nuestra realidad no es algo diferente a nuestro sentido religioso, porque lo uno está relacionado e integrado en lo otro. Eso es lo que he pretendido explicar cuando digo que la vida cristiana es un camino ascendente de crecimiento que se manifiesta en la religiosidad, es decir, en la liturgia.
No sé si me habré hecho entender, pero es lo que quiero significar: no puedo tener dos vidas, una religiosa y otra diferente que no tiene que ver nada con la expresión religiosa, que es la vida propia. Eso es lo que recojo, según mi humilde entender, de la reflexión de Manuel cuando termina diciendo: un camino espiritual que no conduce a la vida cotidiana es un camino errado. Lo que llamamos tradicionalmente religión es tan solo la celebración extraordinaria de la vida cotidiana.
Y entiendo que es así. Es lo que hizo JESÚS, celebrar la vida cotidiana. Pensemos que los sacramentos son signos que celebran la vida: Bautismo - Confirmación - Matrimonio - Orden - Penitencia - Unción de enfermos - Eucaristía. Cada momento de nuestra vida está marcado por un signo sacramental donde el ESPÍRITU se hace presente. Cuando nacemos; cuando crecemos en la fe y nos afirmamos; cuando nos casamos invitamos a JESÚS entre nosotros; cuando elegimos seguirle; cuando nos arrepentimos y pedimos perdón; cuando estamos en peligro y el alimento imprescindible para sostenernos.
Espero haberme explicado mejor y si no es así pido disculpa, pero, sobre todo para mi amigo Pablo, que sepa que mi fe me lleva a vivir una sola vida, dónde la liturgia es expresión de la vida. Lo digo para aclarar mi pensamiento y que no haya dudas. Y nada de señor, simplemente Salvador.
Un fuerte abrazo, especialmente para Pablo.
Creo que todos, si hiciésemos una crónica de nuestro viaje por la vida, relataríamos momentos, ocasiones, horas o minutos, en los que hemos buscado el apoyo de Cristo (o de la divinidad en que cada uno crea) a través de palabras o frases con las que sentirnos en un comunión más estrecha con Él. Palabras, frases, que por repetidas, no dejan nunca de ser camino para hallar esa fuerza que nos socorre, consuela, serena y sana.
ResponderEliminarEl viaje cada uno lo planificamos de una manera y, lo realizamos, a través de distintas rutas y con distintos medios. Ninguno mejor que otro, simplemente distinto. Cada uno vamos con equipajes e historias diferentes, lo importante es saber por Quién estamos en la ruta y a Quién nos conduce, o para qué este viaje.
El Evangelio, como muy bien dice Manuel, es rico en frases y palabras a las que acudir como pilares que sostengan nuestra “cubierta” cuando soplan vientos y tempestades, y también para celebrar la fiesta feliz de los días claros. También existen oraciones tradicionales que son oportunas y válidas para otros. O estrofas de canciones, versos de poemas, frases o citas literarias… Yo utilizo mucho tres palabras, tres verbos, en momentos de “mar revuelta”: “Creo. Confío. Te quiero”. Así de simple.
Y, por supuesto, un poema bellísimo de Teresa de Jesús que, inscrito en una sencilla tablilla de madera, preside mi cabecera. Es muy conocido, pero lo copio aquí en honor a Manuel, un enamorado de Teresa.
“Nada te turbe
Nada te espante
Todo se pasa
Dios no se muda
La paciencia todo lo alcanza
Quien a Dios tiene
Nada le falta
Sólo Dios basta”
Hola a Todos:
ResponderEliminarRespecto del tema de los "mantras" cristianos recomiendo fervorosamente un libro del padre Hugo Mugica llamado "Kyrie Eleyson", por lo menos aquí en Argentina hubo una reedición el año pasado de la editorial Guadalquivir.
Personalmente, a partir de este libro se resignificó para mí el "relato de un peregrino ruso".
Un detalle: Físicamente el padre Mugica es muy similar a Merton y puedo asegurarles que ese sólo es el principio de las semejanzas.
"...El trabajo principal del mantra es llevar la mente a la quietud, hace que paremos de
ResponderEliminarpensar en nosotros mismos. Ese es el sencillo trabajo de toda práctica ascética –
llevarnos más allá de nuestra conciencia de nosotros mismos, de nuestra auto
fijación. Pero lo hace con tal suavidad que no hay fuerza ni violencia. Si usamos la
fuerza o la violencia, estaremos usando una técnica. Una técnica tiene el control del
ego. Y ¿cómo puede el ego trascender al ego? Por lo tanto el modo de rezar que
utilizamos para trascender al ego debe ser un modo sin cabida para el ego, un modo
suave, un modo por el cual abandonamos el control pero al mismo tiempo nos
comprometemos a una disciplina. Hacerlo diariamente es seguir un camino espiritual.
Y creo que pronto comienza a enseñarnos algunas de las características del espíritu
de un modo nuevo y fresco...
...Casiano habla del mantra como un punto fijo en el que la mente puede concentrarse
para aquietarse. La Nube del No Saber habla del mantra como un dardo con el que
podemos vencer la nube del no saber. En la tradición hindú se encuentra descrito en
algún lugar como el arco que dispara la flecha del yo hacia el interior del corazón de
Dios. John Main (OSB) describió al mantra como el sonido del radar que trae al avión hacia
tierra a través de la espesa niebla. Aún cuando no sepas adónde te estás dirigiendo,
si puedes mantenerte sintonizado con la señal del radar, sabes que te llevará a tierra
firme..."
El Poder del Mantra
Laurence Freeman OSB
a los Monjes de la Abadía GETHSEMANI , 1992
Hugo Mujica fue monje trapense durante unos años de su vida. Otra semejanza más con Merton. Y como Merton,escritor y poeta. Como Ernesto Cardenal dejó la vida trapense. Continuó escribiendo. Es un poeta de una gran profundidad mística. Ed TRotta y Pre-Textos han editado su obra. Una muestra:
ResponderEliminarTransparencia
...sin un antes
ni un despues
en su punto ahora
cae la lluvia
cae sobre el mundo
y algo
algo otro que la duda o la certeza
se transparenta
sobre sus aguas
contemplando
Agradecida a todos, soy Carmen de Conciencia Primordial. Gracias FERNANDO, GABRIEL MERCURI y al ANONIMO por vuestra información sobre los libros.
ResponderEliminarReferente a los MANTRAS, puedo verificar su BENEFICIO. He practicado durante 15 años y realmente doy fe de su huella en la Mente y en el corazón para ir desprogramando ese EGO y ABRIRNOS a SU SILENCIO -de DIOS- a SU PRESENCIA...A NUESTRA GENUINA NATURALEZA...a SU CONCIENCIA PRIMORDIAL.
Buscaré en Barcelona a ver si localizo alguno de ellos.
MI ABRAZO PARA TODOS...DESDE ÉL.
Carmen
concienciaprimordial.blogspot.com
Padre Manuel recibe mi saludo cariñoso,gracias por los mantras,
ResponderEliminarCarmen
Hola Manuel!
ResponderEliminarGracias por este post tan bello. Quizás los mantras sean la síntesis poética de signos cargados semánticamente,a través de los siglos, cuya vibración resuena en la caja de resonancia de nuestro cuerpo'mente, para acceder a una dimensión trascendental.
El mantra cristiano ¨maranatha¨(ven señor)nos conduce a centrar la mente en la conciencia de unidad que se produce en el corazón del silencio.Llevo años enseñando meditación a niños y a adultos y el poder de concentración del mantra es inmenso.
Un abrazo de luz
Adriana