Como he dicho en otras ocasiones este blog nació hace casi tres años con la sencilla intensión de dar a conocer en la red la obra de Thomas Merton, de extender su mensaje, de dar a conocer su vida. Esto, sin más pretensiones que las de un lector que desea compartir sus lecturas, y dialogar con otras personas en relación con los temas que Merton propone, y que considero importantes para la renovación espiritual, tanto personal como a nivel comunitario. No tenía idea de que encontraría tanta "mala leche", como suelen decir los españoles. Más que reflexiones, ideas enriquecedores, encuentro en buena parte de los comentarios al blog insultos, prejuicios, burlas, y otras lindezas que no creo valga la pena perder el tiempo en leer. He dicho siempre que el dialogo supone respeto mutuo, escuchar al otro, compartir ideas y visiones, pero no desde una descalificación pobre y simplista, sino desde la búsqueda de elementos comunes. Algunos que pasan por acá tienen evidentes prejuicios respecto a mi condición de sacerdote, como también ante religiosas que dejan sus comentarios; siendo así, no parece que haya posibilidad de entendimiento, y no creo sea mío el problema, puesto que entre mis amigos y amigas (gracias, estoy seguro, a ser cubano y haber recibido allí la fe), tengo sacerdotes, religiosas, pastores de diversas denominaciones, santeros, militantes comunistas, agnósticos y ateos.
Luego de pensarlo con detenimiento he decidido incorporar al blog la opción de la moderación de comentarios, y simplemente dejar que aparezcan aquellos que traten el tema que se propone en cada entrada, con respeto, y consideración por las ideas de los demás. No se eliminará ningún comentario por decir lo contrario, sino por la manera en que se dice. Si esto no es suficiente eliminaré definitivamente la posibilidad de dejar comentarios en el blog, con perdón de aquellos amigos y amigas que con fidelidad pasan por acá y contribuyen al dialogo y crecimiento espiritual de todos. Ya encontramos otros modos de seguir en contacto.
Siento MANUEL esas cuñas descalificadoras en si mismas que aparecen...pero son los límites de cada uno. Es parte de esa ignorancia que aún nos falta desprender. Y una buena oportunidad para aplicar y practicar ese perdón y esa acepatación de los diferentes puntos de vista y criterios...aunque siempre claro está que se manifiesten dentro de un respeto esencial.
ResponderEliminarDeseo te sea provechoso el Retiro de Madrid. Te doy las GRACIAS por todas las aportaciones, sinceramente...Todas las acojo y recibo con profundidad, agradecimiento y Amor.
Todos nos ayudamos...hasta nuestros enemigos son nuestros maestros... PARA IR AGRIETANDO NUESTRO EGO Y PARA PRACTICAR Y DESARROLLAR LA COMPASION. NO HACER CASO...NI DE CRITICAS NI DE HALAGOS... TODO NOS LLEVA A ESE DESPRENDIMIENTO DE NUESTRO YO QUE DESEA SER RECONOCIDO CON SUS CREENCIAS...IDEAS...CRITERIOS. dejalo todo ir... i quédate CON ÉL.
SIEMPRE CERCANA...
UN ABRAZO INTEMPORAL...
Carmen
concienciaprimordial.blogspot.com
Manuel, te leo desde hace algún tiempo. Usualmente no comento porque las reflexiones y las discusiones van más allá de lo que yo pudiera aportar. De algún modo he ido encontrando un nuevo sentido y un nuevo camino en mi espiritualidad leyendo a Merton, y tu blog ha colaborado mucho en ello.
ResponderEliminarSe me ocurren dos cosas; una, recomendarte que leas sobre los trolles en internet (aca en wikipedia, aca en alt1040), y la otra es recordarte al Quijote: "Si ladran, es que cabalgamos".
Gracias por tu blog.
Victor
Seguramente que es desconcertante sufrir la intolerancia y el agravio gratuito. Cuando pasa esto en mi blog, o en mi vida privada recuerdo las palabras de Cristo cuando decía ¿Por qué me pegas? y Perdónalos Padre, porque no saben lo que hacen. Sólo en el ejemplo de amor de Cristo podemos soportar estas agresiones cuando intentamos decir algo de la Verdad que nos ha cautivado y humildemente queremos compartir con los demás.
ResponderEliminarSería una lástima padre que por dichos de personas que no hablan desde un lugar de respeto ni desde el amor, usted quitara la posibilidad de encuentro que abre el poder dejar un comentario.
Un abrazo padre, Dios lo guarde bajo la sombra de sus alas.
Manuel, comprendo, respeto y apoyo tu resolución de moderar la entrada de comentarios en los blogs, con objeto de erradicar descalificaciones personales y formas soeces de expresar criterios. Pienso que una cosa es el ejercicio enriquecedor de contraste de opiniones, y otra muy distinta, utilizar la palabra (bajo cualquier posicionamiento) con la única finalidad de agredir, insultar o menospreciar a las personas.
ResponderEliminarTambién tengo que decir que me apena más que esto suceda en unos blogs como los tuyos, que tienen, en su autor, un verdadero paradigma de la tolerancia, el respeto y la apertura a todas las ideas y a las personas que las sustentan. Demuestras con cada entrada tu categoría humana y tu coherencia, al tiempo que dejas constancia de que es posible comprometerse y ser fiel con el auténtico mensaje del Cristo que no deja de mantenerte en su abrazo: Ser Amor, Paz y Misericordia.
Una persona, a la que quiero muchísimo, me envió una canción en la voz de Mercedes Sosa: “Corazón Libre”. Te dejo unan frases, aquí, para ti:
“No los dejes corazón que maten la alegría
No los oigas corazón, que sus voces no te aturdan
Adelante corazón…”
Gracias a todos por vuestras palabras de aliento. Gracias, Víctor, por tu recomendación, no tenía idea del tema. Personalmente me interesan mucho vuestros comentarios, no me considero un maestro, sino alguien que busca y necesita de los demás para hacerlo bien.
ResponderEliminarAunque no participe, te visito a menudo y me parece un blog expléndido. Siento que existan personajes que necesiten demostrar su bajeza moral.
ResponderEliminar¡Animo y adelante!
Manuel, también visito y disfruto de tu blog, en el que encuentro tan magníficamente condensado el pensamiento de Merton, quien es fundamental en mi desarrollo espiritual.
ResponderEliminarNo dejes que los resentidos te quiten motivación, no saben lo que hacen.
Desde Buenos Aires, con afecto,
Ricardo