Para comprender estos textos que compartimos es importante tener en cuenta el contexto en que fueron escritos, el período postconciliar, marcado por fuertes debates intraeclesiales y diversas interpretaciones de lo que el Concilio proponía; sin embargo, dado que aquellos tiempos aun nos tocan y nos alcanzan, podemos extraer interesantes conclusiones de lo que Merton escribe, desde su posición de contemplativo; no es, como sugiere algún comentario, una posición sin compromiso, sino la mirada de un maestro que se niega rotundamente a dejarse encasillar en bandos o grupos particulares, de un tipo o de otro. Por ello, en estos pasajes, reconoce los límites de ambas posturas "extremas", y es significativo que cuando habla de conservadores o progresistas añada el calificativo de "extremos", pues al comienzo reconocía como algo normal que dentro de la comunidad cristiana podían coexistir diversas posturas.
"Los progresistas extremados me parecen, en lo que puedo juzgar dentro de la extremada pobreza en mi información, apresurados, irresponsables, y, en muchos sentidos, frívolos en sus entusiasmos exagerados y confusos. También me parecen a veces fanáticamente incoherentes, pero no percibo en ellos la heladora malicia y la bajeza que se nota en algunas expresiones de los conservadores extremos.
Lo que más me inquieta es el hecho de que los progresistas, aunque quizá mayoría, no parecen tener la dureza terca y concertada de los conservadores. Los conservadores extremados me parecen personas que se sienten tan amenazados que están dispuestos a llegar a lo que sea con tal de defender su concepto fanático de la Iglesia. Este concepto no sólo me parece estático e inerte, sino en completa continuidad con lo que es más discutible e incluso escandaloso en la historia de la Iglesia: Inquisición, persecusión, intolerancia, poder papal, influjo clerical, alianza con el poder mundano, amor a la riqueza y a la pompa, etc. Esta imagen de la Iglesia ha llegado a ser un escándalo, y esos están empeñados en conservar el escándalo a costa de un escándalo mayor.
Para empezar, mientras que ellos son siempre los que más chillan sobre autoridad y obediencia, parecen sorprendentemente reacios a practicar la más elemental obediencia o a exhibir la más rudimentaria fe en que el Concilio esté guiado por el Espíritu Santo, en cuanto se decide algo que ellos no aprueban. Están tan convencidos de que ellos son la Iglesia que casi están dispuestos a declarar virtuales apóstatas a la mayoría de los obispos, antes que obedecer al Concilio y al Papa. Al mismo tiempo, claro, su histerismo hace pensar que les cuesta algún trabajo arreglárselas con los remordimientos que esto provoca inevitablemente en ellos".
Thomas Merton
"Conjeturas de un espectador culpable", 289-290.
No termina aquí; aun falta un poco más.
Como muy bien dices el texto y la reflexión de TM se circunscribe a la época que vívió él y la Iglesia en la inmediatez del Concilio V. II. En esa época la jerarquía eclesiástica, encabezada por el Papa, eran los reformadores, los que apostaban por ir hacia delante.
ResponderEliminarDesgraciadamente ahora la situación es muy otra. Los papeles y posiciones han cambiado. En el hoy de la Iglesia los conservadores, integristas y fundamentalistas están precisamente dirigiendo la Iglesia y formando grupos anexos al poder de la misma: Legionarios, Neocatecumenales, Opus, Guerrilleros de Cristo, Comunión y Liberación, etc.
Lo que tenía ya muy claro TM entonces (sin conocer todo lo que acontecería después y que hos ha dejado esos barros intolerantes y apocalípticos) es la diferencia de talante entre los conservadores "extremos" y los progresistas "extremos"
Alberto
Alguien dijo muy sabiamente que todos los extremos son malos, y que al fin y al cabo se tocan. Entiendo lo que dice TM: es importante un equilibrio inteligente y sano a la hora de ver, juzgar y actuar.
ResponderEliminarEstupendo, Padre Manuel, su comentario anónimo. Felicidades por estar rozando la perfección, o al menos, aconsenjándola. Enhorabuena.
ResponderEliminarLos pobres seres humanos, corrientitos, no estamos a tu altura.
Alberto
Con Merton no cabe la cuadratura del círculo : vivió en el multiverso de la paradoja. Sus últimas obras parecen escritas por una persona distinta a las de su primera época. Y como buen escritor - el papel es muy sufrido- escribió para satisfacer a sus amigos, al abad de turno, a los novicios, a su novia Margie- gracias San por la incorporacion de la poesia amorosa de la mujer de larga cabellera negra, dedicada a Margie, pero no es de recibo sacar la poesía para " correr un tupido velo sobre el rojerío de Merton ( pacifista, concienciado social, y algo distraido en sus artes amatorias, cuando celibato obliga)
ResponderEliminarEl blogger debe ser consciente que algunos de sus lectores ha leido a Merton en profundidad, y por tanto no se acercan a su blog a leer una catequesis mertoniana. Ni que le vendan a un Merton " a la carta"- porque da para todos los menús y gustos.
O mejor de paso al hermano Rafael, próximo santo que le dará más juego. Y más uniforme.
Saludos cordiales
Jonás
P.Manuel, con toda confianza pido permiso para decir que
ResponderEliminarel hermano Rafael es un santo trapense muy cercano, algunos de sus escritos me llegaron casualmente hace unos 20 años atrás. Cuando descubrí la bibliografía de Merton en las diferentes bibliotecas de nuestras comunidades, hace solo 4 años, empecé a leer a Merton porque era un trapense como el hermano Rafael. Pero los libros que tengo al alcance para leer por ahora son todos de la primera época de Merton.
Coincido con el comentario de Jonás, tal vez sería bueno tener como referente al hermano Rafael. Es interesante su espiritualidad es de una persona joven y llena de sabiduría.
Gracias, Jonás, por leer mi comentario de la entrada anterior. Pero, por la conclusión que sacas de él, te deseo que la naturaleza sea, a partir de ahora, más benévola con tus ojos, porque te confunden al mirarme. Al menos, tienes poca vista en lo que a mis intenciones se refiere.
ResponderEliminarComento, ahora, respecto al texto que nos ha dejado Manuel. Me parece ciertamente interesante la reflexión de Merton sobre el panorama eclesial del momento que él vivió: el postconcilio. Igualmente, muy clara su argumentación y juicio en la valoración comparativa de las dos posturas extremas. La situación actual no es exactamente la misma, sobre todo en lo referente a la identidad y filiación de los que ahora integran las posiciones conservadoras y las progresistas. Pero la marea de fondo sigue siendo prácticamente la misma, quizá con más fuerza en su corriente de empuje y más motivada causalmente.
Y, sin emitir, ni solicitar ningún tipo de recibo, vuelvo a dejar un fragmento de un poema suyo. La poseía como regalo enriquecedor del alma. Nada más y nada menos.
El amor enamora
Cuando brota de sí mismo
Sin la intervención del hombre
Su mejor instante
Es cuando se oculta
Peregrino del aire
Y vuela perdido
Hasta los confines del mundo.
Me sirvo un poco de ron
Con dos hielos
Y comienzo otra carta.
Me pregunto
Si tú todavía percibes
El aroma de la piel del limón
Sobre la hoja.
Escribirte
Es como escribir a mi corazón
Tú eres yo mismo
Esta soledad
(Este silencio, el limón y el ron
Trópico polar de luciérnagas
Ausencia de música)
Me posee
Como si fuese tu misma soledad
Explorando mi oscuro bosque
Y mi casa olvidada
Para reencontrarse también ella.
Creo que el problema de fondo de la Iglesia es su conservadurismo tanto en las formas como en los contenidos....y no me refiero a la PALABRA DE DIOS... sino a la manera de llegar y llevar esa PALABRA..A JESUS..a los fieles y no creyentes. Esa falta de EDUCACION DE LA INTERIORIDAD es lo que ha hecho distanciar a la Iglesia del Corazon sincero que busca AL PADRE, A JESUS Y AL ESPIRITU de en forma de VIVIRLOS COMO EXPERIENCIA. Creo, sinceramente, que la Iglesia deberia plantearse eso seriamente y acercar la MEDITACION Y LA CONTEMPLACION a los cristianos que la hemos tenido que beber en las tecnicas orientales del budismo y del zen.
ResponderEliminarGracias a todos por vuestras aportaciones.
Carmen
concienciaprimordial.blogspot.com
JESUS es el SEÑOR. Todo lo demás ...es relativo.
ResponderEliminarTambien Merton bebió en las fuentes del budismo, del zen, del sufismo, de los cuáqueros, aparte de místicos del Norte- Eckhart- Juliana de Norwich, Juan de la Cruz, padres del desierto...Un místico sin fronteras con espíritu artístico, dificilmente etiquetable, adelantado profético a su tiempo. Incómodo porque la institución eclesial no puede exhibirlo como modelo: demasiadas transgresiones para los tiempos que corren. No apto para espíritus pusilánimes ni beatos " comme il faut". Merton va siempre más allá. En el caleidoscopio mertoniano cada cual encuentra su reflejo.Reflejo crístico de Luz Divina. ¿ Es eso la santidad?. Pues Merton fue santo aunque oficialmente no lo suban al pedestal ( como a tantos santos y mártires ocultos )
ResponderEliminarSaludos
Lucas
Vuelve a suprimir mi comentario. Sigue con tu verdadero estilo. Por mucho que la mona se vista...
ResponderEliminarJesús