"Dios creó nuestra alma para que sea su propia ciudad y el lugar de su descanso.
Esto es lo que más le place de toda la creación.
Y cuando habíamos caído en el dolor y el sufrimiento,
ya no eramos aptos para tan noble oficio.
Pero nuestro buen Padre
no se preparó otro lugar para morar,
sino que, en cambio, se sentó sobre la tierra,
esperando a la humanidad,
esa misma sacada del barro, hasta que
en el tiempo fijado por la gracia, su amado Hijo
devolvió a esta ciudad su noble belleza,
a través de su grandiosa obra".
PARA ORAR:
"Amadísimo amigo, ayúdame a sentir ese anhelo que tienes por mí.
Que la imagen de ese exilio tuyo del alma humana me inspire un deseo semejante de tu presencia dentro de mí.
Y te doy gracias por Jesús, tu Hijo, que por su ardua labor, te ha devuelto tu ciudad, mi alma, haciéndola noble y bella".
Tomado de: "Todo será para el bien". Basado en la espiritualidad de Juliana de Norwich. San Pablo.
Me conmovió la oración, no la conocia, que simple y profunda, hermosa...gracias!!
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