En la praxis concreta de la vida de Henri Nouwen aparecen algunos elementos polémicos vinculados con su manera de entender y vivir la fe; de ellos dan cuenta también sus diversos biógrafos. Pongamos algunos ejemplos:
1- La propuesta espiritual de Nouwen fue recibida a lo largo de los años por personas de muy diversas tendencias teológicas o políticas, pero al mismo tiempo fue también cuestionado: desde la izquierda, acusándole de un espiritualismo ajeno a las preocupaciones de su tiempo, o, desde la derecha, por ser poco claro a la hora de desarrollar su espiritualidad, cruzando las fronteras de la ortodoxia. Henri evitaba los conflictos, no le gustaban, pero a menudo, como veremos, asumió prácticas litúrgicas o de otro tipo, al margen de la praxis habitual en las iglesias. No obstante, los aspectos proféticos de su liderazgo no procedían de una posición de frontera en la Iglesia, sino al contrario, de su profundo arraigo en la espiritualidad y tradiciones eclesiales.
2- Henri, en cualquier sitio del mundo donde se encontrase, celebraba diariamente la eucaristía: capillas, iglesias, hoteles, casas de amigos, e invitaba al grupo más cercano a que le acompañaran, católicos o no, y les invitaba a recibir el sacramento. Henri tenía una fe absolutamente firme en que la Eucaristía era un don para toda la humanidad, de modo que aplicaba con mucha flexibilidad la visión oficial de la Iglesia Católica de que podían recibirla sólo aquellos que están en plena comunión con la Iglesia. Esto tal vez tuvo sus raíces en el hecho de que Henri se desenvolvió durante buena parte de su vida en medios no católicos, o que en El Arca los miembros pertenecían a diferentes confesiones cristianas.
3- En Henri Nouwen coexistían valiosos dones espirituales con una gran precariedad afectiva; se presentaba ante grandes audiencias, era un autor famoso, reconocido, estimado, pero al mismo tiempo se sentía solo y abandonado; desde los más distantes lugares del mundo llamaba a sus amigos por teléfono a cualquier hora, enviaba regalos; estaba necesitado de reforzar siempre su autoestima, podía ser inestable en sus emociones.
4- La manera en que Henri asumió su ministerio pastoral en la Iglesia no fue muchas veces reconocido en el ámbito intelectual, más preocupado de hacer carrera o desarrollar ideas, que de aprovechar el conocimiento adquirido para ayudar a los demás en su propio desarrollo personal. En las Universidades donde trabajo, muchos profesores lo veían como un advenedizo; en dos ocasiones intentó presentar una tesis doctoral y esta fue rechazada. Su decisión de ir a El Arca fue criticada por muchos que no entendían lo que podía hacer un hombre como Nouwen entre personas que no hablaban ni entendían su mensaje.
Pero a pesar, o quizá a causa de todo esto, admiro profundamente a Nouwen. Al igual que los de Thomas Merton, suelo releer sus libros en momentos en que necesito reflexionar y alimentar mi espiritualidad. Un abrazo: Joan Josep
ResponderEliminarHas hecho una buena síntesis de los puntos singulares en la espiritualidad de Nouwen, Manuel. “El profeta herido”, como lo denomina el título de la biografía de Ford.
ResponderEliminarMe pregunto, ¿y en la vida de qué profeta no hay lugar para la polémica? Resulta subversivo, y peligroso, produce miedo, todo lo que resulta diferente, singular, innovador, libre, crítico. Polémico, porque se teme lo que supone una propuesta de cambio y renovación, afecta a la seguridad de estructuras, sistemas y privilegios, o puede hacer tambalear poderes.
Recordemos a Jesús de Galilea, nuestro Cristo: una vida y un mensaje subversivos.
Nouwen, gran escritor
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