“Las religiones mueren cuando les fallan sus luces” (Pannenberg). Es decir, cuando su doctrina ya ni ilumina la vida tal como sus miembros, de hecho, la viven. En estos casos, el modo de encontrar lo Santo se ve frenado, no siguiendo el ritmo de los cambios en la experiencia humana. El dinamismo de la historia es inexorable. Algunas personas se aferrarán a la antigua visión, pero eventualmente la mayoría avanzará buscando un sentido último coherente con su experiencia actual de la vida. Entonces las luces de la antigua religión se oscurecen; la deidad se vuelve irrelevante. Este fenómeno no consiste en que los seres humanos dicten a Dios lo que quieren de una deidad, como algunos temen, sino que es una prueba del verdadero Dios. Únicamente el Dios vivo que pasa por encima de todos los tiempos puede interrelacionarse con las nuevas circunstancias históricas que el futuro continuamente aporta. Una tradición que no cambia no puede ser preservada. Cuando las personas experimentan que Dios sigue teniendo algo que decir, las luces permanecen encendidas” (42).
Elizabeth A. Johnson
“La búsqueda del Dios vivo”
Sal Terrae
Johnson es, para mí, una de las figuras destacadas e interesantes de la teología feminista actual. Una mujer inteligente, con una amplia y profunda formación, y escritura amena y clara. Creo que es de vital importancia lo que expresa en este fragmento que nos expones, Manuel. Sin duda el hombre de hoy busca la Presencia en los acontecimientos y situaciones del hoy, que no es un nuevo Dios, pero si un Dios vivo, que vive en el aquí y el ahora. El libro del que has sacado las líneas que nos transcribes tiene aspecto de contener reflexiones muy jugosas para la fe que profesamos.
ResponderEliminarHola Padre Manuel... Es muy interesante lo que escribe esta señora Elizabeth Johnson en su libro
ResponderEliminar"La búsqueda del Dios vivo".
Dios vive en la vida de cada persona.Por eso el centro de atención del mundo, de la humanidad debería, ser precisamente la vida.Me encantan los escritos de Juan Pablo II sobre la vida.
Y este Dios vivo al que se refiere Elizabeth y que está por encima de todos los tiempos es un Dios que quiere darnos una vida abundante.
Aquí y ahora vivimos en un tiempo de extrema violencia...Vale la pena la búsqueda de es Dios vivo...
Saludos, con afecto,
Carmen