“No me preocupa nada, Dios mío; lo único que sé es que deseo amarte. Deseo que mi voluntad desaparezca en la tuya. Deseo ser un solo espíritu contigo. Deseo llegar a ser tus propios deseos y pensamientos. Deseo vivir en medio de tu Trinidad y alabarte con las llamas de tu propia alabanza. Sabiendo todo esto, Dios mío, ¿Por qué me dejas sólo en mi autosuficiencia, en mi vanidad y en mi orgullo, en lugar de arrastrarme al centro mismo de tu amor? No te demores más, Dios mío, en hacerme santo y una sola cosa contigo, en vivir en mí. Y si ello exige sacrificio, Tú me darás el coraje necesario para hacer todos los sacrificios del mundo. Tú me consumirás en tu propio e inmenso amor. No te asuste, pues, mi debilidad, oh Dios, porque Tú lo puedes todo. Yo creo en tu amor por encima de todas las cosas y he olvidado todo lo demás (es decir, quisiera olvidarlo). Vivo para tu amor, con tal de que Tú lo quieras”.
Thomas Merton
“Diálogos con el silencio”
Página 31
Si el sacrificio es el camino para llegar a entender el por qué del sufriemiento , tengo la Fe y la esperanza que algún día pueda llegara entenderlo y por eso le pido a Dios que haga de mi silencio y de mi sacrificio el camino del entendimiento de la Divinidad presente en cada minuto y cada segundo de nuestras vidas que ignoramos por no enfrentarnos a la realidad y eso se llama cobardía espiritual.
ResponderEliminarEste fragmento desprende una gran belleza e intimidad. Realmente, el deseo de Dios puede llenarlo todo. No puede haber mejor abandono que perderse, disolverse, desaparecer en el Amor.
ResponderEliminarManuel, qué reflexión mas a propòsito, mas oportuna, para algunos momentos de la vida. De la vida propia y de la vida de otros, que son tambien la de uno mismo.
ResponderEliminarGracias. No dejaré de tenerla a mano.
Un abrazo
Sol
“ Tú has escuchado, Señor, el grito de mi corazón, porque fuiste Tú quien gritó dentro de él".
ResponderEliminarThomas Merton ".
Me entusiasma leerle desde que le conocí.Y se lo recomiendo a los que quieran vivir una vida de oración.