lunes, 18 de febrero de 2013

CRISTO, MUNDO, LIBERTAD.

"Lo que necesitamos es una comprensión más profunda de Cristo
 y del misterio de su presencia en el mundo, en el hombre".

"El mundo no siente necesidad de Dios ni para explicarse a sí mismo ni para estar en paz consigo mismo,  ni para regular su actividad. La lucha de los hombres de la Iglesia por mantener su sitio en el mundo covenciendo al mundo de que le son necesarios es, a mi juicio, una confusión y una indignidad que el mundo considera ridícula. Qué significa? Que el tener un sitio en el mundo es una preocupación primaria para esos eclesiásticos. Quieren ser necesarios, y Dios es la justificación de su deseo.
 Por tanto, mi opinión personal es que la base de la misión cristiana en el mundo es precisamente que el cristiano no es de este mundo. Ante todo, está liberado de los particulares mitos, idolatrías y confusiones del mundo por su fe cristiana. Su primera misión es vivir esa libertad de cualquier modo como Dios le dé vivirla: no importa si es en el mundo o fuera de él.
 El Cristo que él predica (por la palabra o por el silencio) es el Cristo de la libertad cristiana, de la autonomía cristiana, de la independencia cristiana respecto a las arrogantes exigencias y pretensiones del mundo como ilusión. Obviamente, el cristiano no está libre del mundo como naturaleza, como creación, ni está libre de la sociedad humana. Pero está libre, o debería estarlo, de los determinismos psíquicos y las obsesiones y mitos de una sociedad mundana mentirosa, codiciosa, lujuriosa y asesina: la sociedad que está gobernada precisamente por el amor al dinero y por el uso injusto y arbitrario del poder. Semejante mundo, necesita a Dios? !Evidentemente que no!
 La cuestión, entonces, no está en convencer al mundo, en ese sentido, de que necesita un Dios cristiano porque en cierta época se justificó por una apelación al cristianismo. Lo que es importante es mostrar a los que quieren ser libres dónde reside realmente su libertad!".

Thomas MERTON
Conjeturas de un espectador culpable

2 comentarios:


  1. Merton expone aquí una de nuestrasl peores tentaciones. A la luz del evangelio de ayer, (Lc 4,1-13) se hace imperativo que nos revisemos, como comunidad cristiana universal, e individualmente.

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  2. Es necesaria y urgente una transformación a fondo de la estructura eclesiástica. Una reforma que nos libere de tanto lastre medieval. Desgraciadamente ya se ha causado mucho daño, ¿del todo irrecuperable?, a personas que no han podido superar las aprensiones y prejuicios que la doctrina de la institución ha marcado a fuego en los corazones y cerebros desde distintos ámbitos eclesiásticos. Así han truncado amores y libertades, y lo han hecho, terriblemente, en nombre de la voluntad y prioridades del Dios del Amor y la Vida.

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