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miércoles, 30 de octubre de 2019

NO PODEMOS RECHAZAR LA HISTORIA

"La vida contemplativa no es ni puede ser un mero apartamiento, una pura negación, el volver la espalda al mundo con sus sufrimientos, sus crisis, sus confusiones y sus errores. Ante todo, aun el intentarlo ya sería ilusorio. Nadie puede apartarse completamente de la compañía de sus semejantes: y la comunidad monástica, para bien o para mal, está profundamente implicada en las estructuras económicas, políticas y sociales del mundo contemporáneo. Olvidarlo o ignorarlo no absuelve al monje de su responsabilidad por la participación en los acontecimientos en que su mismo silencio y su mismo saber pueden constituir una forma de complicidad. El mero hecho de ignorar lo que pasa puede convertirse en una decisión política. Con excesiva frecuencia ha ocurrido que ciertas comunidades contemplativas de Europa, cuyos miembros, uno por uno, estaban absorbidos en meditación sobre el otro mundo, dieran su apoyo oficial y público a movimientos totalitarios. En tales casos, cabe decir, en definitiva, que el monje, en su liturgia, en su estudio o en su contemplación, está participando de hecho en las mismas cosas que se felicita por haber renunciado.

El monje debería estar libre de las confusiones y las falsías de la disputa partidista... pero entiendo que la vida contemplativa del cristiano no es una vida de abstracción, de apartamiento, para concentrarse solamente en esencias ideales, en absolutos, en la eternidad nada más. El cristianismo no puede rechazar la historia. No puede ser una negación del tiempo. El cristianismo está centrado en un acontecimiento histórico que ha cambiado el significado de la historia. La libertad del contemplativo cristiano no es libertad respecto al tiempo, sino libertad en el tiempo. Es la libertad para salir al encuentro de Dios en el misterio inescrutable de Su voluntad aquí y ahora, en este preciso momento en que pide la cooperación del hombre para dar forma al curso de la historia, conforme a las exigencias de la verdad divina, de la misericordia y la fidelidad divinas.

Thomas Merton
Julio de 1964
(Semillas de destrucción)

sábado, 26 de octubre de 2019

LO ESENCIAL Y LO ETERNO


"Para nosotros, la fe no es teoría ni dogma; no es un sistema de ideas ni una composición de palabras, no es un culto ni una organización. Tener fe significa recibirlo a Dios mismo. Tener fe nos da la fuerza para seguir en este camino. Nos ayuda a seguir confiando otra vez más, aun cuando del punto de vista humano el fundamento mismo de nuestra confianza haya sido deshecho. La fe nos hace percibir lo esencial y eterno. Nos da ojos que ven lo que no es visible, y manos que tocan lo que no es tangible, pero está siempre presente en todas partes". 
(Eberhard Arnold).


"Oremos por el mundo. Oremos, porque éste es un tiempo crítico...  Sin embargo, hay esperanza. Sigo creyendo que la mejor manera de ayudar a los demás es tratar de irradiar realmente lo que la gente quiere y no tiene: «paz y alegría». Tratemos en una forma muy modesta de irradiar esa paz que Dios nos quiere dar. Sigamos luchando por esto hasta que las personas finalmente nos pregunten, «¿Cuál es tu secreto?» Entonces quizás, ellos puedan comenzar a ver".
  (Alice von Hildebrand)

martes, 22 de octubre de 2019

LO QUE SE NOS PIDE EN ESTE TIEMPO...

Merton cultiva el arte de la pregunta inteligente, sin tregua, para sacudir los cimientos de nuestros autoengaños más reconfortantes. Conocedor, como pocos, de los caminos contemplativos de la tradición cristiana desde los padres del desierto, Merton no está, en realidad, tan interesado en enseñarnos formas particulares de hacer oración como en recordarnos la posibilidad real y la necesidad vital de ser oración. Primero -nos dirá- se hace necesario convertirse a Cristo. Pero eso no basta. En rigor, la conversión cristiana reclama una revolución interior tal que nuestra sed de ser y nuestra nostalgia de pertenencia sólo se saciarán cuando, atravesado el río de la muerte, nazcamos con Él y en Él, convertidos en Cristo, hombres y mujeres nuevos. En sus propias palabras, «lo que se nos pide en este tiempo no es tanto hablar de Cristo a los demás cuanto dejar que viva en nosotros para que las personas puedan reconocerlo al darse cuenta de cómo vive El en nuestro interior». 

Fernando Beltrán Llavador

viernes, 18 de octubre de 2019

HABLA CON DIOS...


Habla con Dios. El te responderá,
o Su silencio te será una respuesta;
porque El está contigo; tu nunca estás solo.
Que en su quietud pueda tu corazón estremecerse
y escuchar lo que dice el Nombre divino.
Presientes cómo florecen los jardines celestiales;
oyes las profundas melodías del Ser,
el canto primordial de amor y de luz.


Porque Tu eres mi Dios, a Ti te llamo;
Tú nunca me abandonarás.
Tú eres el Refugio, el Bien Supremo.
¿Quién puede abarcar al Altísimo?

Y aunque el mundo se rompiera en pedazos,
Tu eres lo que me quedaría.
Yo no sé qué es el mundo, qué soy yo.
Sólo se que amo.

FRITHJOF SCHUON

jueves, 17 de octubre de 2019

EL CAMINO DE LA SANTIDAD ES LUCHA, CONSTANCIA Y CONFIANZA

 "Es verdad que la santidad cristiana es la santidad de Cristo en nosotros, pero ello no significa que el Espíritu Santo vaya a hacer su obra en nosotros si nosotros nos mantenemos absolutamente pasivos e inertes. No hay vida espiritual sin lucha constante y sin conflicto interior. Un conflicto que es tanto más difícil de afrontar cuanto que es oculto, misterioso y a veces casi imposible de comprender".

"No nos convertimos una única vez en nuestra vida, sino muchas veces, y esta interminable serie de grandes y pequeñas conversiones, de revoluciones interiores, desemboca finalmente en nuestra transformación en Cristo".

"Paradójicamente, aunque el propio Cristo lleva a término la obra de nuestra santificación, cuanto más lo hace, tanto más costosa tiende a resultarnos. Cuanto más avanzamos, tanto más tiende Él a privarnos de nuestras fuerzas y a desposeernos de nuestros recursos humanos y naturales, de modo que al final nos vemos en la más absoluta pobreza y oscuridad".

"El tramo final en el camino hacia la santidad de Cristo consiste, pues, en abandonarse por entero, confiada y gozosamente, a la aparente locura de la cruz"

Thomas Merton
Vida y santidad

martes, 15 de octubre de 2019

THOMAS MERTON Y EL CARMELO TERESIANO

Aprovechando la festividad litúrgica de Santa Teresa, traigo de nuevo estas ideas, ya compartidas antes en el blog, sobre algunas influencias de la espiritualidad carmelitana en Merton. Tengo pendiente profundizar un poco más en ello, dado que fue una mis decepciones con el Diccionario de Thomas Merton

La afinidad de Thomas Merton por la espiritualidad del Carmelo es indiscutible; por poner un ejemplo, en uno de sus libros más conocidos, El signo de Jonás, las citas de santos del Carmelo alcanzan un elevado número; el primer lugar lo ocupa San Juan de la Cruz, citado en el libro unas 40 veces; también aparecen Santa Teresa (10), Santa Teresita, Isabel de la Trinidad, además de otras citas y referencias vinculadas con la espiritualidad carmelitana. San Juan de la Cruz ejerció una influencia particular en TM, en sus concepciones espirituales, sobre todo en la primera etapa de su vida monástica, y su conocimiento de la obra del santo era amplia; en sus libros aparecen también abundantes referencias a este santo, en artículos, y de modo especial en una obra de 1951, “Ascenso a la verdad[1]. Es lógico por tanto que en la comprensión de la santidad cristiana tuvieran mucho peso los conceptos austeros del maestro de la “nada”. 

Teresa de Lisieux, que aparece siempre como The Little Flower, es decir, la pequeña flor, merece una especial consideración. Constituyó para Merton un verdadero hallazgo espiritual; ella fue una compañía especial en su época de búsqueda y discernimiento, y le sirvió para alcanzar un entendimiento más profundo del ideal cristiano. Así, Merton dice asombrarse ante el surgimiento de una santa como ella, de tanta altura espiritual, en un medio poco estimulante como era el ambiente religioso-espiritual de su tiempo, “en medio de la fealdad y de la mediocridad hinchada, aterciopelada, superdecorada y cómoda de la burguesía”; de ahí asombro al ver la obra que la gracia ha hecho en la santa carmelita, que aun no desertando de su realidad, de sus mediaciones, conservando lo que de burgués, nostálgico o almibarado podía haber en sus devociones, gustos o poemas, llegó a ser no sólo santa, sino “la mayor santa que ha tenido la Iglesia en los últimos trescientos años”. 

Reconoce Merton que esto constituyó una importante enseñanza para él, al comprender que, tanto la fealdad exterior como los males físicos del mundo, pueden servir perfectamente como mediación de un gran bien espiritual[2]

NOTAS:

[1] Un resumen de la doctrina del santo carmelita se puede hallar en “Luz en la oscuridad. La doctrina ascética de San Juan de la Cruz”, en T. Merton, Humanismo Cristiano. Cuestiones discutidas, Barcelona, Kairós, 2001, 145-153. El P. Matías del Niño Jesús, ocd, en “San Juan de la Cruz en Merton”, Revista de Espiritualidad, 57 (1998), 691-702, recoge, con algunas inexactitudes, la influencia del santo carmelita en el monje trapense. 


[2] M7C, 535-539. Como señal de confianza, Thomas Merton encomendó el cuidado de su único hermano, John Paul, a Teresita.

jueves, 10 de octubre de 2019

MARTA Y MARÍA SON HERMANAS...

"La verdadera vocación de los monjes de la familia benedictina no es la de luchar a favor de la contemplación y en contra de la acción, sino la de restaurar el antiguo equilibrio, armonioso y orgánico, entre las dos. Ambas son necesarias. Marta y María son hermanas... ninguna de ellas puede acercarse al trono de Dios sin la otra.

La respuesta no es la liturgia solamente, o la meditación solamente, sino una vida de oración multifacética en la que todas estas cosas pueden recibir el énfasis debido. Este énfasis tenderá a ser diferente en las distintas personas, en las diferentes vocaciones individuales El trabajo del padre abad consiste en discernir la diversidad de espíritus y animar a cada uno de ellos en el camino querido para ellos por el espíritu de Dios. En caso de ser necesario, los obstáculos deben eliminarse, y pueden y deben hacerse ajustes discretos, a fin de que la comunidad monástica haga florecer cada espíritu y cada tipo de oración.

Lo que aquí se dice para los monjes se aplica también, con ciertos ajustes, a todos los fieles".

Thomas Merton
El clima de la oración monástica
DDB, 2019

lunes, 7 de octubre de 2019

ENSÉÑAME, SEÑORA...

"Enséñame a ir a este país que está más allá de las palabras y los nombres propios.Necesito que tú me guíes. Necesito que mi corazón se mueva bajo tu impulso. Necesito que mi alma se purifique por medio de tu oración. Necesito que tú fortalezcas mi voluntad. Necesito que tú salves al mundo y lo cambies. Te necesito para todos los que sufren, para los encarcelados, para quienes están en peligro, para los atribulados. Te necesito para toda esa gente que se ha vuelto medio loca.Necesito que tus manos sanadoras actúen siempre ven mi vida.Necesito que, a imagen de tu Hijo, hagas de mí un sanador, un consolador, un salvador".

Thomas Merton

sábado, 5 de octubre de 2019

EL PECADO FUNDAMENTAL

"La idolatría es el pecado fundamental y, por tanto, lo que está más profundamente arraigado en nosotros, lo más estrechamente relacionado con nuestro pecado final, lo que más a menudo nos engaña bajo la apariencia de verdadero servicio, integridad, sinceridad, lealtad o idealismo. Incluso el cristianismo cae a menudo en la idolatría sin tener conciencia de ello. El pecado de anhelar un Dios que es «distinto» de Él, que no puede ser convertido en ídolo, es decir, en objeto".

Thomas Merton
DIARIOS
7 de noviembre de 1964

UN CRISTIANO RESPONSABLE

"La idea de que alguien se sacrifica por una causa no nos transmite un mensaje de consuelo, sino simplemente de inutilidad. Personalmente, no quiero ser mártir al servicio de nada. Lo siento. Yo deseaba actuar como un cristiano razonable, civilizado y responsable de mi tiempo. Pero no se me permite actuar así. Se me dice que he renunciado a ello. ¡Estupendo! ¿A cambio de qué? A cambio de un silencio que mantiene una complicidad profunda y total con las fuerzas sustentadoras de la opresión, la injusticia, la agresión, la explotación y la guerra. En otras palabras, la complicidad silenciosa es presentada como un «bien mayor» que una protesta sincera y concienzuda: se supone que dicha complicidad forma parte de mi vida consagrada, para mayor «gloria de Dios». Por mi parte, rechazo inequívocamente la complicidad. Mi mismo silencio es una protesta. Y quienes me conocen son conscientes de este hecho. Al menos he podido escribir lo suficiente como para dejar claro ese punto. Por otra parte, no puedo abandonar este lugar para hacer efectiva mi protesta, porque el significado de cualquier protesta que yo haga depende de mi permanencia en este lugar. Lo cierto es que en el tema de la guerra nuclear he recibido órdenes categóricas de guardar silencio".

Thomas Merton
Diarios
3 de marzo de 1964

Ser parte de todo...

¡Oh Dios! Somos uno contigo. Tú nos has hecho uno contigo. Tú nos has enseñado que si permanecemos abiertos unos a otros Tú moras en nosotros. Ayúdanos a mantener esta apertura y a luchar por ella con todo nuestro corazón. Ayúdanos a comprender que no puede haber entendimiento mutuo si hay rechazo. ¡Oh Dios! Aceptándonos unos a otros de todo corazón, plenamente, totalmente, te aceptamos a Ti y te damos gracias, te adoramos y te amamos con todo nuestro ser, nuestro espíritu está enraizado en tu Espíritu. Llénanos, pues, de amor y únenos en el amor conforme seguimos nuestros propios caminos, unidos en este único Espíritu que te hace presente en el mundo, y que te hace testigo de la suprema realidad que es el amor. El amor vence siempre. El amor es victorioso. AMÉN.
-Thomas Merton-

Santidad es descubrir quién soy...

“Es cierto decir que para mí la santidad consiste en ser yo mismo y para ti la santidad consiste en ser tú mismo y que, en último término, tu santidad nunca será la mía, y la mía nunca será la tuya, salvo en el comunismo de la caridad y la gracia. Para mí ser santo significa ser yo mismo. Por lo tanto el problema de la santidad y la salvación es en realidad el problema de descubrir quién soy yo y de encontrar mi yo verdadero… Dios nos deja en libertad de ser lo que nos parezca. Podemos ser nosotros mismos o no, según nos plazca. Pero el problema es este: puesto que Dios solo posee el secreto de mi identidad, únicamente él puede hacerme quien soy o, mejor, únicamente Él puede hacerme quien yo querré ser cuando por fin empiece plenamente a ser. Las semillas plantadas en mi libertad en cada momento, por la voluntad de Dios son las semillas de mi propia identidad, mi propia realidad, mi propia felicidad, mi propia santidad” (Semillas de contemplación).

LA DANZA GENERAL.

"Lo que es serio para los hombres a menudo no tiene importancia a los ojos de Dios.Lo que en Dios puede parecernos un juego es quizás lo que El toma más seriamente.Dios juega en el jardin de la creación, y, si dejamos de lado nuestras obsesionessobre lo que consideramos el significado de todo, podemos escuchar el llamado de Diosy seguirlo en su misteriosa Danza Cósmica.No tenemos que ir muy lejos para escuchar los ecos de esa danza.Cuando estamos solos en una noche estrellada; cuando por casualidad vemos a los pajaros que en otoño bajan sobre un bosque de nísperos para descansar y comer; cuando vemos a los niños en el momento en que son realmente niños; cuando conocemos al amor en nuestros corazones; o cuando, como el poeta japonés Basho, oímos a una vieja ranachapotear en una solitaria laguna; en esas ocasiones, el despertar, la inversiónde todos los valores, la "novedad", el vacío y la pureza de visión que los hace tan evidentes nos dan un eco de la danza cosmica.Porque el mundo y el tiempo son la danza del Señor en el vacío. El silencio de las esferas es la música de un festín de bodas. Mientras más insistimos en entender mal los fenómenos de la vida, más nos envolvemos en tristeza, absurdo y desesperación. Pero eso no importa, porque ninguna desesperación nuestra puede alterar la realidad de las cosas, o manchar la alegría de la danza cósmica que está siempre allí. Es más, estamos en medio de ella, y ella está en medio de nosotros, latiendo en nuestra propia sangre, lo queramos o no".
Thomas Merton.

ORACIÓN DE CONFIANZA...

“Señor Dios mío, no tengo idea de hacia dónde voy. No conozco el camino que hay ante mí. No tengo seguridad de dónde termina. No me conozco realmente, y el hecho de que piense que cumplo tu voluntad, no significa que realmente lo haga. Pero creo que el deseo de agradarte te agrada realmente. Y espero tener este deseo en todo lo que estoy haciendo. Espero no hacer nunca nada aparte de tal deseo. Y sé que si hago esto, tú me llevarás por el camino recto, aunque yo no lo conozca. Por lo tanto, siempre confiaré en ti aunque parezca perdido y a la sombra de la muerte. No temeré, pues tú estás siempre conmigo y no me dejarás que haga frente solo a mis peligros

Para intercambiar comentarios sobre Thomas Merton y otros maestros contemporaneos del espíritu.