"Una de las reflexiones más profundas de Thomas Merton, que aparece en su libro Gandhi y la no violencia, es que el espíritu de la verdad es el espíritu de la no violencia. El espíritu de la verdad nos revela que nuestra actual situación no es definitiva, sino que lleva dentro de sí la posibilidad de la conversión al bien. Merton escribió:
"Por lo tanto, la no violencia implica una clase de valor muy diferente al de la violencia. En el uso de la fuerza, uno simplifica la situación al asumir que el mal que se derrota es conciso, definido e irreversible. De ese modo, sólo queda algo por hacer: eliminarlo. Cualquier diálogo con el pecador, cualquier pregunta acerca de la irreversibilidad de su acto, sólo significan falla y fracaso. El fracaso al eliminar el mal es una derrota en sí misma... La más grande tiranía se basa, por lo tanto, en el postulado de que no debe existir ningún pecado".
Aquí Merton toca el núcleo de la no violencia. Esta se levanta o cae de acuerdo con la visión del mal. Si el mal se ve como un tumor irreversible, claramente visible y demarcado, entonces sólo hay una posibilidad: extirparlo. Pero si el mal es reversible y puede transformarse en bien a través del perdón, entonces la no violencia es una posibilidad. Ya que Merton experimentó en su propia vida que el perdón es posible en Cristo, la no violencia se convierte no sólo en una posibilidad sino en un requisito para ser cristiano".
Henri Nouwen
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