
En TIEMPOS DE CELEBRACIÓN, mientras escribe acerca del miércoles de ceniza, Merton hace el siguiente comentario:
“En algunas comunidades monásticas, los monjes se acercan descalzos a recibir la ceniza. Andar descalzos es una cosa alegre. Es bueno sentir el suelo o la tierra bajo los pies. Es bueno que la iglesia entera esté callada, llena del rumor de hombres que andan sin zapatos. Uno se pregunta por qué llevamos cosas tales como los zapatos. La oración es mucho más significativa sin ellos. Sería bueno quitárselos en la iglesia siempre. Pero quizá eso le parecería fantástico a los que han olvidado tales satisfacciones elementales. Algunos se podrían resfriar sólo de pensarlo… así que volvamos a la liturgia”.
Veo acá el talante poético de Merton y su gran sentido del humor. Veo una llamada a la sencillez. Veo una imagen hermosa para hablar de la vida espiritual, de la persona que entra en el camino de la interioridad: gente que anda descalza, gente libre.
“En algunas comunidades monásticas, los monjes se acercan descalzos a recibir la ceniza. Andar descalzos es una cosa alegre. Es bueno sentir el suelo o la tierra bajo los pies. Es bueno que la iglesia entera esté callada, llena del rumor de hombres que andan sin zapatos. Uno se pregunta por qué llevamos cosas tales como los zapatos. La oración es mucho más significativa sin ellos. Sería bueno quitárselos en la iglesia siempre. Pero quizá eso le parecería fantástico a los que han olvidado tales satisfacciones elementales. Algunos se podrían resfriar sólo de pensarlo… así que volvamos a la liturgia”.
Veo acá el talante poético de Merton y su gran sentido del humor. Veo una llamada a la sencillez. Veo una imagen hermosa para hablar de la vida espiritual, de la persona que entra en el camino de la interioridad: gente que anda descalza, gente libre.
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