domingo, 1 de abril de 2007

DOMINGO DE RAMOS.



Domingo de Ramos, pórtico de la Semana Santa. Nuestros templos se colman de personas que siguiendo una antigua tradición, trasmitida de generación en generación, quieren recibir las palmas, “el guano bendito”, como decimos en Cuba. Para este domingo dos propuestas para nuestra reflexión:
1- “¡Perdónalos, Padre, porque no saben lo que hacen!”. Jesús dice esto sobre sus verdugos. Pero ¿Es verdad? Todo parece indicar que no eran precisamente inocentes.
¿Cómo es posible que los verdugos de Jesús, y también nosotros muchas veces, no sepamos lo que hacemos? La respuesta es esta: No sabemos lo que hacemos porque no sabemos cuánto somos amados. Esa es la ceguera y la verdadera ignorancia de los verdugos. Criticamos, perseguimos y crucificamos a otros porque no nos sentimos queridos, aceptados y amados. Somos severos con los otros porque estamos urgentemente necesitados de amor, y al no saberlo nos sentimos débiles y frágiles y entonces nos endurecemos, pero de una manera absurda y falsa. La mayoría de nosotros no ha escuchado nunca en su corazón la voz de Dios diciendo: “Te amo”. Pocos hemos escuchado lo que Jesús junto al Jordán: “Tú eres mi hijo amado, en quien me complazco”. La verdad es que una inmensa mayoría no ha escuchado esto, ni de Dios, ni de otro ser humano. Esta es la fuente de la maldad del mundo. Por eso esa era la misión de Jesús: contarnos acerca del infinito e inmenso del Padre. Y así, “Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo”.
2- “Uno de ustedes me va a entregar”. Así dice Jesús en la Última Cena. Y vean la palabra ENTREGAR porque es muy importante. Porque eso es también lo que hace Dios, según Pablo: “…él, que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo ENTREGÓ por todos nosotros”. (Romanos 8, 32). El momento en que Jesús es entregado es crucial en el ministerio de Jesús. Es pasar de la acción a la pasión. Después de años de enseñar, predicar, sanar y desplazarse hacia donde Él quisiera ir, Jesús es entregado al capricho de sus enemigos. Ya las cosas no son hechas por Él, sino A Él. Es flagelado, coronado de espinas, escupido, ridiculizado, desnudado, clavado desnudo, en una cruz. Es una víctima pasiva, sujeta a las acciones de los otros. Desde el momento en que Jesús es entregado, comienza su pasión y a través de esta pasión Él cumple con su vocación.

¿Qué aprendemos hoy de Jesús?:
1- Lo más importante es el Amor. Esa es la razón para vivir, la meta de nuestra vida, la santidad a la que somos convocados por la fe. Amar y dejarse amar sigue siendo la tarea más importante de cada ser humano, y por eso el mensaje de Jesús sigue siendo hoy URGENTE. Mientras la gente no sea o no se sepa amada habrá crucificados.
2- Y a veces el crucificado puede convertirse en la mayor expresión de ese AMOR que necesitamos. Jesús cumple en plenitud su misión cuando, por amor, acepta que su vida sea, no acción, sino PASIÓN, dejarse hacer. La mayor parte de nuestra vida también es pasión También nosotros, cuando somos entregados, podemos encontrar la manera de anunciar como Jesús la BUENA NUEVA. Dice Jesús: “Ustedes no me quitan la vida, yo la doy”. Eso es ser cristiano.
Para este domingo en el que se juntan la gloria y el rechazo en la persona de Jesús, sintamos la urgencia de la falta de amor, amor verdadero, amor que se deja crucificar, y seamos de verdad discípulos de aquel que siempre nos amará primero. Amen

1 comentario:

  1. A propósito de las brechas por donde se nos escurre el espíritu
    a propósito de tus koan y los míos
    a propósito de lo inefable
    a propósito de un madrigal fílmico

    Es ese el tremendo huracán
    en los resquicios del alma
    el que llaman Fidelidad
    a tí,a mi
    al mundo
    Fidelidad al Cristo Encarnado
    que se nos queda aqui
    siempre
    Fidelidad a la Fidelidad
    al Fiel que no niega y se niega
    en el día a día
    en esta hora y después de esta hora
    en este minuto y en el otro minuto

    Fidelidad al otro y al Ti mismo
    como un huracán desde aquel pequeño reducto
    del alma
    que juega a avivar los vientos
    de la pequeñez
    Trocándola en Fidelidad a un Todo
    en el mismo instante de la Nada

    Fidelidad total
    Universal
    a la luz y a las tinieblas cegadoras
    con traición mezclada
    confundida

    Que grande Fidelidad
    esta pequeñez de huracán
    sin mesuras
    en cualquier resquicio innombrable
    del alma,
    abatida
    turbada
    encendida
    apagada
    antes y después de sentirse
    amada

    Autor: Ray Morell.

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