
"Vi que Dios nunca empezó a amar a la humanidad. Pues al igual que el hombre está destinado a llegar al gozo sin fin, y así coronar la complacencia de Dios en su obra, así el hombre en el pensamiento divino siempre ha sido conocido y amado. De Él venimos, en Él estamos envueltos, a Él regresamos. Encontraremos en Él nuestro cielo total en un gozo eterno… y esto por el designio previsor de la bendita Trinidad desde antes que comenzara el tiempo. En este amor eterno el alma del hombre se mantiene a salvo, como ponen de manifiesto estas revelaciones. En este amor sin fin somos conducidos y cuidados por Dios y jamás nos perderemos. Pues Él quiere que sepamos que nuestra alma vive y que esta vida, por su bondad y por su gracia, continuará sin fin en el cielo, donde le amaremos, le daremos gracias, le alabaremos". (Juliana de Norwich)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.