
"Un don especial, fruto de la fidelidad en la oración, será el amor por los demás y el sentido de Iglesia. Cuanto más reces, mayor misericordia sentirás por los demás, más querrás ayudar a quien sufre, más tendrás hambre y sed de justicia para con todos, especialmente con los más pobres y débiles, más te harás cargo del pecado de los otros para completar en ti lo que falta a la pasión de Cristo.
Al rezar, sentirás qué bello es estar en la barca de Pedro, solidario, dócil, sostenido por la oración de todos, dispuesto a los demás con gratuidad, sin pedir nada a cambio. Al rezar sentirás crecer en ti la pasión por la unidad del cuerpo de Cristo y de toda la familia humana.
Al rezar se aprende a rezar, y se gustan los frutos del espíritu que dan verdad y belleza a la vida.
Al rezar se aprende a rezar, y se gustan los frutos del espíritu que dan verdad y belleza a la vida.
Al rezar, uno se transforma en amor; y la vida cobra el sentido y la hermosura que Dios ha querido.
Al rezar se advierte la urgencia de llevar el Evangelio a todos, hasta los últimos confines de la tierra.
Al rezar se descubren los infinitos dones del Amado y se aprende a darle gracias por cada cosa.
Al rezar se vive. Al rezar se ama, se alaba.
Si tuviera, entonces, que desearte el regalo más preciado, si quisiera pedírselo a Dios para ti, no dudaría en solicitar el don de la oración. Se lo pido. Y tú no dudes en pedírselo a Dios para mí. Y para ti. Que la paz de Nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunión del Espíritu Santo estén contigo. Y tú en ellos, porque al rezar entrarás en el corazón de Dios, escondido con Cristo en él, envuelto en su amor eterno, fiel y siempre nuevo. Ya lo sabes, quien reza con Jesús y en él, quien reza a Jesús o al Padre o invoca su Espíritu, no le está rezando a un Dios genérico y lejano.
Desde el Padre, por medio de Jesús, gracias al Espíritu, cada uno recibirá el don perfecto, el más oportuno, el que le ha sido preparado desde siempre. Es el regalo que nos espera. El regalo que te espera".
Me emociono con estos textos de Bruno Forte. Estan impregnados de ternura y amor... Llegan con tanta frescura que sólo dan ganas de ponerse a rezar y disfrutar esos momentos tan preciosos. Esto si que es un regalazo.
ResponderEliminarGRACIAS P.Manuel
Jose
Gracias es hermoso.
ResponderEliminarLa oracion nos unifica, nos hace ascender cada vez mas hacia el Amado y en ese ascenso , descendemos a todos el universo.
Un abrazo
ADRIANA
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar