sábado, 12 de enero de 2008

Aquí he de amarte, Señor.


"Oh, corazón ardiente,

jamás visto ni imaginado en este desierto,

Tú, sólo Tú eres real, y aquí te he descubierto.

Aquí he de amarte y alabarte en una muerte muda,

Hasta que mis blancos y entregados huesos,

descoloridos y pulidos por los vientos de este Sahara,

revivan a una orden tuya,

se yergan y florezcan en una primavera sin fin".

Thomas Merton.

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