Les sigo compartiendo algunos pasajes de mi cuaderno de apuntes, correspondientes a febrero de 2007. Me gusta releer estas notas que voy reuniendo, esta memoria espiritual que voy dejando, como una manera de poder comprender mejor el camino que recorro, las luchas que voy entablando conmigo mismo, y la luz que voy recibiendo de Dios. Tal vez en algún momento me decida a conformar con todo esto un pequeño libro.
20 de febrero: La comunidad está de fiesta, pues ha recibido al Padre Vicario, que está haciendo una de sus visitas, para ayudarnos a recuperar el sentido de comunión que hemos de tener con toda la familia del Carmelo Teresiano. Nos hemos reunido con él, para conversar sobre aquellos temas que nos inquietan: la formación de los nuevos miembros, la vida en común y el trabajo apostólico. Es importante que alguien que no está dentro de la casa eche una mirada sobre la manera en que vivimos, y me alegra que sea alguien joven, y nacido en el Caribe, con mucho deseo de trabajar por la Inculturación del ideal de Teresa en estas tierras. Durante su visita hablará con cada uno de nosotros, visitará las parroquias, y animará a nuestros estudiantes. A mí de modo particular me ha pedido que asuma la promoción vocacional, y yo le he compartido mi situación actual en la comunidad, y algunos proyectos personales.
Hace frío, y estoy preparando la celebración de mañana: dos eucaristías, con imposición de ceniza. Dice Merton: “El tiempo es un medio que hace presente a todos los hombres el hecho de la redención”.
21 de febrero: miércoles de ceniza: Quiero ayudar a los hermanos y hermanas de la parroquia a descubrir el sentido del ayuno y la renuncia voluntaria como camino de sanación y libertad interior.
Cuaresma: “cuarenta días para experimentar la locura del amor de Dios” (Benedicto XVI)
Cuaresma: “un tiempo para sentarse sobre cenizas”, “un tiempo para acercarnos más al Señor”.
La Cuaresma es una nueva llamada a la vida. Aprovecho esta jornada especial para visitar algunos enfermos.
22 de febrero: La Cuaresma es tiempo de gracia: en el libro de Thomas Merton, “Tiempos de celebración” vuelvo a encontrar luces para vivir esas jornadas, así como otros textos que me sirven para poder comunicar a mi alrededor un ambiente de confianza y esperanza. La visita del Vicario a la parroquia fue muy positiva, y yo pude además resolver un pequeño incidente que se había suscitado con la secretaria parroquial. La cuaresma es tiempo de reconciliación.
24 de febrero: Nuestra Señora de la Confianza; me gusta este título mariano, más que otros más tradicionales. Hoy el P.Vicario terminó oficialmente su visita a nuestra casa con una Eucaristía, y en su reflexión se refirió al vínculo existente entre consagración y compromiso social. Utilizó en varios momentos de su visita una frase simpática: “El carmelita no es un llanero solitario”. Además comunicó formalmente que yo me haría cargo de la promoción vocacional y de la formación de los postulantes. Acepté esta responsabilidad, consciente de mis limitaciones para ejercerla, pero a falta de otra persona, quise ayudar en lo posible al Carmelo cubano. Por eso, ahora que estamos comenzando la Cuaresma, vuelvo la mirada hacia la Virgen de la Confianza y Madre del Carmelo; ella pondrá su mano sobre las mías para que yo sepa animar, consolar y sanar, siempre en el nombre de Jesucristo.
Al terminar el Vicario nos exhortó a desarrollar una pastoral de la espiritualidad, propia de nuestro carisma, y alabó la iniciativa del pequeño boletín “Luz del Mundo”, que he venido sacando con cierta regularidad, para compartir textos de maestros espirituales que ayuden a la oración.
Hace frío, y estoy preparando la celebración de mañana: dos eucaristías, con imposición de ceniza. Dice Merton: “El tiempo es un medio que hace presente a todos los hombres el hecho de la redención”.
21 de febrero: miércoles de ceniza: Quiero ayudar a los hermanos y hermanas de la parroquia a descubrir el sentido del ayuno y la renuncia voluntaria como camino de sanación y libertad interior.
Cuaresma: “cuarenta días para experimentar la locura del amor de Dios” (Benedicto XVI)
Cuaresma: “un tiempo para sentarse sobre cenizas”, “un tiempo para acercarnos más al Señor”.
La Cuaresma es una nueva llamada a la vida. Aprovecho esta jornada especial para visitar algunos enfermos.
22 de febrero: La Cuaresma es tiempo de gracia: en el libro de Thomas Merton, “Tiempos de celebración” vuelvo a encontrar luces para vivir esas jornadas, así como otros textos que me sirven para poder comunicar a mi alrededor un ambiente de confianza y esperanza. La visita del Vicario a la parroquia fue muy positiva, y yo pude además resolver un pequeño incidente que se había suscitado con la secretaria parroquial. La cuaresma es tiempo de reconciliación.
24 de febrero: Nuestra Señora de la Confianza; me gusta este título mariano, más que otros más tradicionales. Hoy el P.Vicario terminó oficialmente su visita a nuestra casa con una Eucaristía, y en su reflexión se refirió al vínculo existente entre consagración y compromiso social. Utilizó en varios momentos de su visita una frase simpática: “El carmelita no es un llanero solitario”. Además comunicó formalmente que yo me haría cargo de la promoción vocacional y de la formación de los postulantes. Acepté esta responsabilidad, consciente de mis limitaciones para ejercerla, pero a falta de otra persona, quise ayudar en lo posible al Carmelo cubano. Por eso, ahora que estamos comenzando la Cuaresma, vuelvo la mirada hacia la Virgen de la Confianza y Madre del Carmelo; ella pondrá su mano sobre las mías para que yo sepa animar, consolar y sanar, siempre en el nombre de Jesucristo.
Al terminar el Vicario nos exhortó a desarrollar una pastoral de la espiritualidad, propia de nuestro carisma, y alabó la iniciativa del pequeño boletín “Luz del Mundo”, que he venido sacando con cierta regularidad, para compartir textos de maestros espirituales que ayuden a la oración.
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