"Junto con la gran obra del Concilio, ha habido un hecho concreto muy conturbador, el del endurecimiento de la división entre progresistas y conservadores. Esa división es algo más de lo que uno espera naturalmente donde hay hombres que, por temperamento y por sociología, tienden a alinearse a derecha e izquierda. La división es lo bastante profunda y agria como para que algunas personas muy sanas y responsables, obispos incluidos, mencionan aun la posibilidad de cisma.
Eso a primera vista parece increíble, pero he visto algunas cosas que se han escrito en ambos bandos, y no hay duda de que existen profundas incomprensiones, hondas divisiones, tercas negativas e incluso odios.
Por desgracia, nada de eso es nuevo. Tenemos la historia de la Iglesia y de la civilización cristiana para demostrar que eso tiene una larga genealogía. Pero no se puede despachar con ligereza.
En todo caso, uno de los grandes problemas después del Concilio será sin duda la división entre progresistas y conservadores, y eso puede resultar bastante feo en algunos casos, aunque quizá sea también una fecunda fuente de sacrificio para quienes están decididos a buscar la voluntad de Dios y no la suya propia. No hablo aquí de obispos, sino de sacerdotes corrientes, teólogos y pueblo seglar, y todos los que manifiestan sus opiniones de un modo u otro.
Por mi parte, no me considero ni conservador ni progresista extremado. Me gustaría pensar que soy lo que fue el Papa Juan, un progresista con profundo respeto y afecto a la tradición; dicho de otro modo, un progresista que quiere conservar una continuidad muy clara y señalada con el pasado, y sin hacer compromisos tontos e idealistas con el presente, pero estar completamente abierto al mundo moderno a la vez que conservar la posición claramente definida como tradicionalmente católica".
Thomas Merton.
"Conjeturas de un espectador culpable", 289.
Con afecto y respeto a la figura de TM, pero también sin sacralizar ni endiosar todas sus opiniones (ser humano significa, entre otras cosas, no poseer la Verdad), creo que hay ocasiones en que pretende "nadar y guardar la ropa".
ResponderEliminarLa única Tradición de la Iglesia Católica es la Palabra, el Evangelio. Lo demás son tradicionalismos, surgidos de decisiones,interpretaciones y posiciones de hombres (masculino)encuadrados en una época y contexto concretos.
Conseguir que la Iglesia sea una Comunidad más fiel al Evangelio, al Espíritu de Cristo, requiere posicionarse y actuar. No es bueno andar siempre con temores a catástrofes cismáticas, andar siempre con paños calientes y comprensiones que favorecen continuar en posturas establecidas.
Sin endurecimientos entre posiciones libres y opresoras, el mundo hoy sería vasallo de tiranías y absolutismos medievales.
Respetar y comprender no es consentir actitudes y posturas contrarias a la libertad en Cristo y a la radicalidad de su mensaje.
Alberto
La postura de TM da lugar al diálogo y al respeto( ni conservador ni progresista extremado).
ResponderEliminarCreo que el sacrificio de "quienes están decididos a buscar la voluntad de Dios y no la suya propia" corresponde a cada cristiano, pero "¿Quién es un cristiano?" H.Urs Von Baltasar, 1965
Comparto un fragmento pequeño de este libro de Von Baltasar, contemporáneo de Merton:
"La pregunta"¿quién es un cristiano? acompaña de manera tácita e irrefleja a todos los intentos reformistas de la Iglesia de hoy. Es decir, interviene de tal manera que, de un lado, la gente actúa como si fuera cosa ya sabida y sólo se precisara sacar de este saber las consecuencias necesarias, y de otro, la gente se toma la libertad de acusar gravemente de ideología a las soluciones y modelos tradicionales del cristiano, con lo cual los enjuicia con un criterio personal que de ninguna manera justifica. No es difícil descubrir ese criterio tácito, irreflejo y, sin embargo natural, pues resalta por sí mismo en las tendencias principales de la cristiandad de hoy, tendencias bien intencionadas, acogidas con júbilo por la muchedumbre, pero que resulta urgente someter a crítica."
Nuestros cuestionamientos nos llevan, creo, por el camino de la compasión, el amor y el diálogo contínuo, pero no a dejar de lado la fe en la tradición viva de la Iglesia.
Para un cristiano la única tradición auténtica y verdadera de la Iglesia es Cristo, su figura y su mensaje. El resto son figuras humanas,por tanto cuestionables y sustituibles, y que son las que han dado a luz las distintas normas,reglas,tradiciones, devociones,cánones y dogmas.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con la opinión de Alberto.
Pablo
El diálogo y el respeto no se pueden identificar con el consentimiento y la sumisión a posturas y actitudes, por parte de la jerarquía del gobierno de la iglesia (seguidora de Cristo), que no concuerden con la vida y la palabra de Cristo.
ResponderEliminarPodemos tener compasión por esas personas, como seres humanos que son y cometen fallos, pero no con las estructuras absolutista de poder que representan. No podemos clausurarnos el pensamiento y la boca y continuar atados y dirigidos por un engranaje que necesita ser renovado en profundidad.
Gracias Manuel, por compartir este fragmento, en el que vemos la visión que Merton tenía en los años 60 sobre la situación que existía en la Iglesia de esa época (posiciones conservadoras y progresistas).
ResponderEliminarDejo un poema suyo, escrito en el mismo año del texto que has elegido (1966), porque la poesía es siempre un buen ejercicio para los espíritus abiertos y comprensivos.
THOMAS MERTON.- CANCIÓN DE MAYO (Mayo, 1966)
Es Mayo, perdidos estamos
Entre la luz del sol, las hojas
El musgo y el espino
Tu falda azul
Está húmeda por el hielo derretido
Del Sauterne
El sol nos seca
Me cuentas la película de anoche
Una que nunca vi
Los bosques son delicia
Con el sonido de tu voz
Y todos los pájaros bendicen
Nuestro extravío
En esta parte de la foresta
Donde no existe el paisaje
Que defraude nuestra mirada
Y nada puede consolidarse.
Perdidas, perdidas las palabras del poema
Son por fin acogidas
En tu atento corazón
Permíteme que descanse en este cielo
Bajo el fragante cobijo
De tu negro pelo.
Debajo de estas largas pestañas
Una vez más te reconozco
En tu sabia y eterna mirada
Mientras toda la cabellera del cielo
Desciende lentamente
Y me sumerge para siempre
En un sincero amor
Aquí en el bosque
Por donde siempre regresamos a casa
Para saborear la creación de la vida
En ese dulcísimo instante
En el que da un vuelco el corazón
Y se agita
Contra tus alas palpitantes de pájaro
En el borde cálido de tus labios.
Es Mayo y estamos perdidos
En una luz inesperada
Nos ahogamos el uno en el otro
¿Puedes todavía respirar
Amor mío? En esta desesperación
Me aferro a tu redonda cintura
Y sollozo
Préstame por amor de Dios
Tu bote salvavidas
Tu cuerpo redentor
Salva el mío porque muero
En el maravilloso sol
Sosiégame porque tanta perfección
Me destruye.
Es Mayo
Lloramos de amor
En este bosque imperfecto
De la tierra de los cuerpos
Oh pequeño barco solitario
Llévame lejos
A través del océano del vino
Oh diminuta nave
Acércame
A mi niña.