lunes, 16 de noviembre de 2009

SAN CRISTOBAL.

 Hoy, 16 de noviembre, la Habana celebra a su patrono, San Cristobal. También un día como hoy, hace ya unos cuantos años, Thomas Merton recibió el agua bautismal. Esta mañana comenté en la Eucaristía acerca del relato hagiográfico que muestra a Cristobal transportanto a Cristo sobre sus hombros, y lo utilicé como parábola o metáfora de nuestro propio itinerario espiritual. La fe es una carga y un yugo; así la describe Jesús en los Evangelios, pero una carga suave y un yugo ligero cuando se vive la "búsqueda" de Dios auténticamente. El martirio no consiste sólo en derramar la sangre, sino también en "soportar la carga de la fe" con disponibilidad y sin perder la alegría del corazón.

2 comentarios:

  1. Felicidades a todos los que viven en La Habana. Bonito detalle el del bautismo de TM, Manuel.
    Para mí, la fe tiene un infinito peso, pero siempre en el sentido de importancia, eficacia, de fuerza. No de carga. Por la fe, la vida se transforma en cauce del amor, para amar y ser amados, y en corriente de esperanza. La fe enciende el fuego en el corazón humano. Siembra de confianza el camino, aún siendo conscientes de que tenemos los pies de barro. Claro, que es un valor que requiere una apuesta valiente: que nuestra vida sea para los demás, sobre todo para los excluidos, para los “nadies” (como dice Galeano) espejo de nuestra fe. Ahí es donde veo el peso, el de la responsabilidad.

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  2. Me uno a la celebración, si bien yo nunca he sido habanera, pero he disfrutado mucho andando por esas calles adoquinadas de la zona antigua, repleta de recuerdos de otras épocas. Aún recuerdo la primera vez que fui a la casa de José Martí o al Palacio de los Capitanes Generales.
    Lo que escribes sobre la fe es cierto: a veces la pereza nos hunde o no sabemos entender los signos en los designios de Dios en nuestras vidas. Por eso me gustó mucho lo que pusiste de TM anteriormente: donde habla de cómo los hombres debemos estar listos, preparados para ayudar a la obra de Dios en nosotros mismos. La conversión es ese itinerario permanente, en el que siento que cada día me llama a conocerle mejor. Ojalá pudiera describir de manera lúcida mis sentimientos de fe.
    Un abrazo grandote, no sabes cuánto me ayudas con tus entradas.

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