“Si todo el mundo acatara todas las directivas oficiales de la Curia Romana en todo sentido y todo momento no habría progreso posible. No tendría objeto alguno haber celebrado un Concilio, ningún sentido que hayamos tenido un papa como Juan XXIII. Al mismo tiempo, sin embargo es preciso proceder con cautela y respeto. Los problemas aparecen cuando las personas pretenden poner en tela de juicio todas las cosas, cuando lo que se quiere no es pura y simplemente cambiar sino también ganar. Acreditarse todos los triunfos no es bueno. No se trata de un juego para ganarle de mano a la Curia o a las autoridades. No pretendemos ganar tantos a nuestro favor. Solo tenemos que hacer lo que Dios quiere que hagamos. Si podemos llegar a ver clara esa diferencia, eso es todo lo que a las autoridades les interesa. Gran parte de este otro aspecto del problema reside en la necesidad de salvar las apariencias. Si se esta hostigando e insultando abiertamente a las autoridades, estas trataran, por supuesto, de dejar a salvo su dignidad. Pero si actuamos de manera considerada y de buena fe, no tendremos que soportar demasiadas molestias. Las personas con autoridad son lo bastante sensibles como para percibir la diferencia. Yo hago lo mío con toda tranquilidad, diciendo toda clase de cosas abiertamente revulsivas que a mucha gente no le gusta oír. Pero ellos conmigo no se van a meter, porque no estoy atacándolos a ellos. Estoy diciendo simplemente lo que debo decir. No estoy desafiando ni provocando a nadie” (49).
Thomas Merton
"Los Manantiales de la contemplacion"
He leído el libro "Los manantiales de la contemplación", en este libro TM habla a un grupo de monjas, les da un retiro en el monasterio de Getsemaní, y el libro recopila sus charlas.
ResponderEliminar"No pretendemos ganar tantos a nuestro favor. Solo tenemos que hacer lo que Dios quiere que hagamos".TM
Me llama la atención la sinceridad con la que expone su punto de vista a las monjas. Pienso que esta actitud es lo que ayuda más para ir cambiando las cosas que "simplemente" hay que cambiar, o decir lo que "simplemente" hay que decir en el compartir dentro de nuestras comunidades eclesiales.
El discernimiento en la oración es una tarea de cada día si queremos decir o hacer lo que conviene en cada circunstancia, más aún, si se trata de temas peliagudos. Los Concilios son unas de esas oportunidades que se dan en la historia para cambiar desde el fondo las cosas de la Iglesia, que Dios quiere que se cambien.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLo que aqui dice Merton es para practicar en la vida diaria, sin necesidad de ser monje o religioso, para ser persona, decir sin atacar, tranquilamente, aunque sea revulsivo.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias!
Muy buena la interrogación, Manuel. Creo que, cuando un cambio supone una mejora, una evolución positiva, se gana siempre. En el sentido de crecer, no de vencer. Es decir que, en esos casos, estos dos verbos no establecen una disyuntiva, sino todo lo contrario, conjugan copulativamente ambas acciones. Pienso que por este camino va Merton y todos los que, con buena voluntad, demandan mejorar o cambiar: por el camino de la voluntad de Dios para el hombre: el Amor, la Libertad y la Salvación.
ResponderEliminar