Algún lector del blog me pregunta por K. Se trata de Jiddu Krishnamurti, uno de los grandes maestros espirituales del pasado siglo XX, cuyas conferencias y escritos inspiraron a miles de personas. Fue Ramón Martín el que me introdujo en la lectura de K, y creo que ha sido uno de los que mas ha contribuido a la purificación de mi fe. K no es cristiano, y de hecho es crítico con todas las manifestaciones religiosas de la humanidad, pero un lector inteligente sabe aprovechar sus enseñanzas para crecer en su propio camino espiritual, dejando atrás los elementos secundarios o culturales que se adhieren, inevitablemente, a la religión. Cuando leemos autores a escuchamos maestros de caminos espirituales diversos no podemos hacerlo pasivamente, asumiendo y aceptando todo lo que escuchamos, pero podemos aprovecharnos de muchos aspectos positivos que contribuirán a afianzar nuestra propia experiencia religiosa.
Algunos títulos de Krishnamurti que puedo recomendar por haberlo leído:
“Amor, sexo y castidad”, “Antología básica”, “El libro de la vida” (meditaciones diarias), “Cartas a las escuelas” I y II, “Libertad total”; todos los títulos anteriores han sido publicados por ediciones KAIROS.
Un texto sugerente:
“Nuestro cerebro es un instrumento extraordinario de enorme energía y capacidad. Miren lo que ha hecho en el mundo exterior, en el mundo que nos rodea. Lo ha dividido en diversas razas, religiones y nacionalidades. Ha hecho esto para tener seguridad. Ha buscado esta seguridad en el aislamiento religioso, político y económico, en la unidad de la familia, en las pequeñas comunidades y asociaciones. Ha buscado esta reacción protectora en las organizaciones y en las clases gobernantes.
El nacionalismo ha sido una de las principales causas de la guerra. Nuestros políticos se interesan en mantener el nacionalismo con su economía y de ese modo practican el aislamiento. Donde hay aislamiento, tiene que haber oposición, agresión… ¿Será porque siempre hemos dependido de agentes externos, de fuerzas externas para poner nuestra casa en orden, para controlar y moldear nuestras vidas?” (De: “Carta a las escuelas II”, 27).
Un texto muy jugoso, da mucho que pensar. De cada línea se puede sacar abundante “zumo” para la reflexión del cómo, por qué y para qué clasificamos todos nuestros mundos. Nos interpela a que cuestionemos muchas de nuestras protecciones y seguridades. Esto siempre es un buen paso para crecer en libertad. Una excelente carta a la “escuela de la vida”. Gracias por traer a K, Manuel.
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