“¿Quién puede librar a alguien del sufrimiento sin meterse de cabeza en él?”
“La gran ilusión del liderazgo es pensar que el hombre puede ser sacado del desierto por alguien que nunca ha estado en él. Nuestras vidas están llenas de ejemplos que nos dicen que el liderazgo requiere compartir. Mientras definamos el liderazgo en términos de prevenir o de impedir que se instalen en las almas ciertos antecedentes, o en términos de ser responsables, de alguna forma, del bien abstracto, hemos olvidado que ningún Dios puede salvarnos, salvo el Dios sufriente, y que ningún hombre puede guiar a las personas que le han sido encomendadas de algún modo, salvo el que se siente aplastado por sus pecados”.
Henri Nouwen.
El sanador herido, 90.
Un planteamiento inteligente, al que Nouwen llegó a través de su propia experiencia personal: las heridad propias como instrumento de sanidad para el sufrimiento del otro. También se puede aplicar al amor: irradia amor, enseña a amar el que tiene la experiencia de ser amante y amado.
ResponderEliminarHola, qué bendición es este lugar!! Lo leo siempre con agrado.
ResponderEliminarQué cierto es esto, lo del sanador herido. Hace poco leía que Dios no usaba Su poder para atraer el amor del hombre, porque sabía que quería que el hombre lo amara libremente. Por eso para atraer su amor, se entregó así mismo en la muerte de la cruz.
Eso me gustó mucho, y ahora que lo pienso es verdad, creo que ni el más grande milagro de Dios podría hacer devoto a nadie, sólo Su total entrega podría lograr que el ser humano se identificara con él en Su sufrimiento y le amara como a alguien a quién puede entender así.
Saludos cordiales!!
"NUESTRAS VIDAS ESTÁN LLENAS DE EJEMPLOS QUE NOS DICEN QUE EL LIDERAZGO REQUIERE COMPARTIR"H. NOWEN.
ResponderEliminarPienso que el líder espiritual o guía espiritual es necesario para entrar cada uno personalmente en el camino de la oración y no perderse, o estancarse en la vida espiritual, como lo explica Nowen en el libro que menciono,y así poder recibir cada uno en particular la sanación que nos trae el Corazón de Jesús, que es el Sanador Herido, y la pertenencia cordial a la comunidad por parte del líder es importante, para que el que no se pierda sea el líder o guía de los demás:
...."nuestros ojos no deben permanecer fijos los unos en los otros, sino dirigirse hacia adelante, a la luz que empieza a brillar en el horizonte de nuestra existencia. Nos descubrimos unos a otros siguiendo la misma vocación y ayudándonos mutuamente en la misma búsqueda. Por tanto, la comunidad cristiana no es un círculo cerrado de personas que se funden en un abrazo total, sino un grupo de compañeros que avanzan unidos por la misma voz que les exige esas atenciones mutuas.
Es comprensible que en nuestras enormes ciudades, que sufren del anonimato, busquemos a personas en nuestra longitud de onda para formar pequeñas comunidades. Grupos de oración, clubes de estudios bíblicos y casas donde el grupo celebre la eucaristía son todos caminos para restablecer o profundizar nuestra conciencia de pertenencia al pueblo de Dios. Pero a veces un falso concepto puede hacer estrecha nuestra idea de comunidad. Todos tenemos que tener la mente de Jesucristo, pero no todos tenemos el espíritu de carpintero, de profesor, de director de un banco, de congresista o de cualquier grupo socioeconómico o político. Hay una gran sabiduría escondida en la hermosa campana que convoca a las personas con una formación muy diferente a que salgan de sus casas para formar un solo cuerpo en Jesucristo. Precisamente trascendiendo las múltiples diferencias es como podemos llegar a ser testigos de Dios, que hace brillar su luz de igual manera sobre pobres y ricos, sanos y enfermos. Pero también en este encuentro en el camino hacia Dios es donde nos hacemos conscientes de las necesidades de nuestros vecinos y empezamos a curarnos mutuamente las heridas".
("Tres etapas en la vida espiritual", un proceso de búsqueda. Henri Nowen.ed.PPC.-1997)