CUARESMA: Más Vida.
“La vida esta hecha del paso de los años.
Cada año es un punto de crecimiento claramente identificable en la vida, la muda de otra capa de vida. Cada año nos aporta algo único y pide algo distinto de nosotros.
Cada tipo distinto de año exige de nosotros fuerzas diferentes, nos proporciona dones distintos, nos posibilita diferentes clases de sensibilidades.
El año litúrgico es la aventura de llevar la vida cristiana a plenitud, tener el corazón alerta y el alma centrada.
El año litúrgico es el año que tiene el propósito de sintonizar la vida del cristiano con la vida de Jesús”.
“La Cuaresma es una llamada a la renovación de un compromiso que quizá haya perdido fuerza por culpa de una vida más marcada por la rutina que por la reflexión. Después de toda una vida de monótona regularidad o de adhesión irreflexiva a los signos visibles de la fe, la Cuaresma requiere de mí que, como cristiano, me detenga un momento a reflexionar de nuevo sobre lo que está ocurriendo en mí. Me veo de nuevo en la tesitura de decidir si yo creo verdaderamente que Jesús es el Cristo y, si lo creo, si viviré en conformidad con ello cuando ya no pueda escuchar el canto de los ángeles en mi vida y la estrella de Belén haya perdido su brillo para mí”.
“La Cuaresma no es un rito. Es un tiempo dedicado a pensar seriamente acerca de quién es Jesús para nosotros, a renovar nuestra fe desde el interior. Es el momento en que, cuando las aguas bautismales caen sobe el altar en la Vigilia Pascual, volvemos a la fuente bautismal del corazón para decir “Sí”, una vez más, a la llamada de Jesús a los discípulos: “Vengan y vean” (Jn 1, 39). Es el acto de reiniciar nuestra vida espiritual, una y otra vez renovada y reorientada”.
“El Miércoles de Ceniza, eco de la llamada del Antiguo Testamento a cubrirse de saco y ceniza, es un grito continuo a lo largo de los siglos que dice que la vida es efímera y que el cambio es urgente. No tenemos tiempo que perder en naderías. Debemos arrepentirnos del tiempo perdido por el camino hacia Dios”.
“La voz de cada domingo de Cuaresma hace resonar en nosotros esa verdad tan antigua, probada y verdadera: “Si quieres ser discípulo mío, sígueme”, escuchamos lo que la voz de Jesús dice en la Escritura del compromiso. Y nos situamos en esa larga e interminable procesión de todos cuantos, a lo largo del tiempo, han emprendido el camino al Jerusalén de su propia vida con el Jesús que nos muestra a todos cómo llegar”
“La cuaresma es nuestra guía al “más” de la vida”
Joan Chittister
“El año litúrgico. La interminable aventura de la vida espiritual”
Sal Terrae, 2010
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.