sábado, 12 de enero de 2013

EL DESIERTO SONORO



LA HUIDA A EGIPTO



Por todos los rincones de la ciudad invernal

Hierro en escuadrones resuenan por las calles;

La policía de Herodes

Escalofría las sombrías escaleras de los edificios

 Y los negocios por hacer.



No mires atrás a tu comarca estrellada,

Ni oigas qué rumores pululan por lo oscuro

Donde la sangre desciende por esas paredes sacras,

Ni hagas una bendición infantil con Tu mano

 Hacia esta ardiente espiral de almas gozosas.



Ve, niño de Dios, por el desierto sonoro

 En que, con ojos de llama,

 Los leones vagabundos guardan tu camino de todo daño.



Thomas MERTON, “Veinte poemas”, Madrid, 1953.

 (Traducción: José María Valverde)

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