"En la leyenda de la hermosa
mañana del Maestro Eckhart, donde relata el encuentro del maestro con el pobre, leemos: Es posible que seas un santo, hermano, pero, quién te ha santificado? Y la respuesta dice: He sido santificado por el tiempo que he pasado sentado, en silencio, por mis nobles pensamientos y por mi unión a Dios. Lo primero que cita es el sentarse en silencio. En la edad media se sabía todavía de esa fuente purificadora, inagotable, que es el silencio y que es el sentarse, en una calma perfecta. Más tarde, en gran parte de Occidente, se ha perdido ya esa sabiduría del poder purificador del silencio y del ejercicio del silencio. En Oriente se ha mantenido hasta hoy la tradición de preparar al hombre, mediante ejercicios de silencio, a abrirse a la Trascendencia. Incluso cuando, como en el ejercicio del tiro con arco, la lucha con sable, la lucha atlética, la pintura o el adorno floral, la práctica se refiere a una obra o actividad exterior, es decir, a un contenido preciso, en el fondo no se trata sino de preparar una disposición interior".
Karlfried Graf Dürckheim
Práctica del camino interior
Mensajero,1994.
ResponderEliminarEl silencio interior es el más difícil, el previo o posterior a los buenos pensamientos que cita aquí el autor. Lo buscan y encuentran los orientales, como se describe aquí, mientras nosotros estamos llenos de ruido exterior, y sobre todo de ruido interior. Si intentamos alcanzarlo, estaremos avanzando hacia la paz interior, en comunión que no tiene que ser verbal, con los otros y el universo