sábado, 1 de junio de 2013

JUSTINO, MÁRTIR.



El más importante de los llamados "apologistas griegos" por la extensión de sus obras, por su originalidad y profundidad de pensamiento. Natural de Samaria, filósofo por vocación, tras una peregrinación intelectual llegó al cristianismo, y sin abandonar el manto de filósofo consideró al cristianismo como la verdadera filosofía. Murió mártir, decapitado,  por la denuncia de un filósofo rival, en 165, junto a otros discípulos. Sus obras: el Diálogo con Trifón, y dos Apologías. En su tarea de defender la fe, Justino se enfrenta a 2 problemas básicos: relación entre fe cristiana y cultura clásica, y relación entre el Antiguo Testamento y la nueva fe. Incorpora la idea del LOGOS a la reflexión cristiana, asociándolo al Cristo preexistente del cuarto evangelio. Distingue entre el Logos seminal y las semillas del Verbo, diseminadas por todo el Universo, y resultantes de la acción del primero. Justino toma elementos de la filosofía estoica y platónica para explicar la fe cristiana. También Justino recoge información sobre las prácticas cristianas de su tiempo.

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