"La vida monástica no sólo es contemplativa, sino también profética. Esto significa que no solamente da testimonio de una mística contemplativa de silencio, encierro y renunciación a las obras activas, sino que también vive en el misterio escatológico del Reino que ya comparten y realizan las vidas de aquellos que han escuchado la Palabra de Dios y se han sometido, sin condiciones, a sus exigencias, en una vocación que (incluso cuando es comunal) tiene una cualidad desértica distintiva. Esto supone que hay algo de carisma en toda vocación monástica y en el propio testimonio monástico. Por esto no excluye el estudio y la comprensión de la teología. Al contrario, presupone una sed de la Palabra de Dios, una disposición personal a sumergirse en la meditación de la Biblia, dentro de una vida fructífera de oración y celebración, no mecánica ni puntillosa, sino llena de espontaneidad y de comprensión intuitiva. La sabiduría y el entendimiento cristianos deben crecer y profundizarse día tras día en la vida del monje, cuya vida entera es un peregrinaje a las fuentes de la verdad cristiana. Nada de esto es posible si el monje carece de una formación teológica adecuada.
Pero el entendimiento y la experiencia que lo llevan gradualmente hacia la madurez contemplativa y profética (que puede ser, antes que nada, madurez en el sacrificio), en ciertos casos también debe abrirse a la comunicación con los demás. Debe haber algunos monjes capacitados para compartir su experiencia en diálogo con contemplativos de otras tradiciones religiosas (budistas, hindúes, sufíes, etc). Y sobre todo debe haber algunos que puedan hablar con los intelectuales modernos, ya sean religiosos o no, que se sientan atraídos por las misteriosas dimensiones personales de la experiencia interior y espiritual: artistas, filósofos, poetas, psiquiatras, estudiantes de antropología, de religión comparada, etc. Existen muchas personas en estos campos que sienten curiosidad por la vida monástica y que estarían sumamente interesadas en descubrir sus verdaderos valores existenciales mediante un diálogo inteligente con mentes instruidas.
Necesitan reconocer en el monje a un profesional como ellos, que ha elegido deliberadamente un camino diferente y una experiencia diferente y que puede hasta cierto punto dar cuenta de esta elección y de sus frutos".
Necesitan reconocer en el monje a un profesional como ellos, que ha elegido deliberadamente un camino diferente y una experiencia diferente y que puede hasta cierto punto dar cuenta de esta elección y de sus frutos".
Thomas Merton
"Acción y contemplación".
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