sábado, 28 de septiembre de 2013

INTERROGANTES ACERCA DEL SACERDOCIO...

En carta de Thomas Merton a Victoria Ocampo, el 13 de septiembre de 1958, aparecen las siguientes afirmaciones sobre el sacerdocio ministerial:

"Uno termina por creer que el sacerdote está suspendido, como jerarca y burócrata, en la mitad exacta del abismo que separa a los hombres de Dios. No hace allí sino anunciar decisiones oficiales, dogmáticas, morales, canónicas. Es un poco menos amigable que el médico, el abogado, el psicoanalista... No se tiene en cuenta el hecho de que Dios no se separa nunca de los hombres, porque Dios y el hombre son uno en Cristo. Lo que importa en el sacerdote, hombre de Dios, es su humanidad, porque él prolonga, más que todos los demás,  el misterio de la encarnación. Ahora bien, si el sacerdote está un poco deshumanizado por su formación en el seminario...".

"No crea jamás que soy un ser distinto de usted, que estoy aquí en un monasterio bien tranquilo, sin problemas como los suyos.  Muy por el contrario, vivo en el corazón mismo de su problema, porque estoy en el corazón mismo de la Iglesia. Yo no me creería un verdadero sacerdote, si no fuera capaz de sentir en mí mismo todas las revueltas y todas las angustias del hombre moderno. Pero es necesario sentir todo esto, sufrir todo esto, pero no aislado y a la deriva, sino con Cristo que lo ha soportado todo y que lleva todo en nosotros".

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