lunes, 23 de diciembre de 2013

AL FINAL DEL ADVIENTO... NACER Y MORIR

"Adviento, para nosotros, significa aceptación de ese comienzo totalmente nuevo. Significa una disposición para hacer que la eternidad y el tiempo se encuentren no sólo en Cristo sino en nosotros, en el Hombre, en nuestra vida, en nuestro mundo, en nuestro tiempo. Si hemos de entrar en el comienzo de lo nuevo, debemos aceptar la muerte de lo viejo. El comienzo, pues, es el fin. Hemos de aceptar el fin, antes de poder empezar. O más bien, para ser más fieles a la complejidad de la vida, hemos de aceptar el final en el comienzo, ambos juntos.
El secreto del misterio de Adviento es, entonces, la conciencia de que empiezo donde acabo, porque Cristo empieza donde yo acabo...

El misterio de Adviento, pues, se centra en el hecho de que Dios está ahora presente en el Hombre, y los hombres serán juzgados conforme a su aceptación de esta verdad crucial, en todas sus consecuencias. Lo que hacemos al hombre, se lo hacemos a Cristo.

El Adviento, en estos sombríos años de guerras y rumores de guerras, nos recuerda que, aunque nuestra obra sea juzgada y hallada deficiente, y aun totalmente consumida por el fuego, en ese mismo fuego que destruya nuestras obras imperfectas es donde nosotros mismos podemos salvarnos".

Thomas Merton

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