Luego de recibir el bautismo católico, la vida de Merton trascurrió entre momentos de intensa devoción, una conciencia progresiva de la vaciedad de su vida y las viejas costumbres que compartía con sus amigos: juergas, bebidas, mujeres, búsquedas intelectuales, intentos de llegar a ser un escritor famoso. Eran años de tensión para el mundo los que precedieron al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Merton pide a Dios la publicación de su libro, y Dios responde con algo mejor: le devuelve su vocación, el deseo de ser sacerdote.
Es en medio de unos días en los que compartía con un grupo de amigos que aspiraban a ser escritores cuando llegaría a la mente de Merton el deseo de ser sacerdote; no mientras oraba, sino sentado en el suelo, una tarde de resaca, desayunando con sus amigos; comieron, conversaron, fumaron. Y nos dice Merton:
"En alguna parte, en medio de todo esto, una idea se me había ocurrido, una idea que era alarmante y bastante trascendente por sí misma, pero mucho más asombrosa en tales circunstancias. Tal vez muchos no creerán lo que iba a decir. Mientras estábamos allí en el suelo oyendo discos y tomando este desayuno surgió la idea: Voy a ser sacerdote.
No puedo decir qué la provocó: no era una reacción de repugnancia especialmente intensa por estar cansado y desinteresado en esta vida que llevaba, a pesar de su inutilidad. No era la música, ni el aire de otoño, pues esta convicción que se había instalado de repente en mí, ya madura, no era algo morboso y obsesionante como siempre es una tendencia emocional. No era un objeto de pasión o capricho. Era una atracción fuerte, dulce, profunda e insistente que de súbito se dejó sentir, pero no como un movimiento de apetito hacia ningún bien sensible. Era algo en el orden de la conciencia, un sentimiento nuevo, profundo y claro, de que esto era lo que realmente debía hacer.
Cuánto tiempo estuvo la idea en mi mente antes de que la expresara, no puedo decirlo. Pero dije al azar:
- ¿Saben?, creo que debiera ingresar en un monasterio y hacerme sacerdote".
Thomas Merton
"La montaña de los siete círculos"
EDHASA, 383-384.
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