jueves, 26 de febrero de 2015

NUEVAS POSIBILIDADES EN NUESTRA PROPIA VIDA

“Lo que uno necesita hacer es iniciar uno mismo una conversión y una nueva vida, en la medida de lo posible. Así, mi nueva vida y mi contribución a una renovación en el monasticismo empiezan dentro de mí y en mi propia vida cotidiana… La creatividad tiene que empezar conmigo y no puedo quedarme aquí sentado, perdiendo el tiempo y pidiendo a la institución monástica que se vuelva creativa y profética. Para empezar no hay realmente que esperar muchos cambios dentro del marco de la institución. Puede cambiar un tanto y nada más. Tras ello, la estructura no soportará ningún otro cambio. Es inútil lamentarse de que las mejores personas dejen el monasterio y es inútil hacerse esperanzas con ilusorios cambios simbólicos que, después de todo, son sólo pequeñeces. Lo que cada uno de nosotros debe hacer, lo que yo tengo que hacer, es dedicarme de lleno y empezar realmente a investigar nuevas posibilidades en nuestras propias vidas; y si las nuevas posibilidades significan cambios radicales, pues muy bien. Quizá necesitemos cambios radicales y para alcanzarlos tal vez tengamos que luchar y sudar un poco de sangre. Sobre todo, debemos prestar más atención al camino de Dios y al tiempo de Dios y darlo todo cuando realmente se nos pide”. (145)


Thomas Merton. “Acción y contemplación”

jueves, 19 de febrero de 2015

CAMINANDO CON MERTON...


He contado antes cómo fue mi primer encuentro con Merton, y la impresión que me causó la primera lectura de su autobiografía; luego pasaron varios años antes de que empezara a leer sistemáticamente su obra, y me parece recordar que el golpe de efecto lo tuvo la lectura de sus Diarios. En uno de mis viajes a USA encontré la edición en español, en dos volúmenes, de la editorial Oniro, y recuerdo que tenía que leerlo de a poco, porque la lectura me provocaba algo raro, una emoción, un estado espiritual muy particular. Ahí creo que empecé a leer a Merton sistemáticamente, y desde entonces no he dejado de hacerlo.

No pasa un día sin que lea algo suyo, a veces sólo una frase, a veces textos más largos, pero siempre estableciendo una especie de diálogo con él. No me sucede igual con ningún otro escritor, aunque tengo varios a los que leo con sistematicidad, a los que considero mis maestros, pero con Merton es algo especial. En el blog he querido siempre, y fue mi propósito al crearlo, compartir esos diálogos, es decir, combinar algo suyo con mi propia reflexión, pero no lo he conseguido; comparto textos suyos, pero lo que me suscita su lectura no consigo escribirlo, me resulta tan obvio, pero a la vez tan íntimo, que prefiero dejarlo en un silencio meditativo, o ni siquiera eso, sino simplemente en una conversación cotidiana entre sus escritos y yo, conversación llena de lugares comunes, frases, imágenes, repeticiones, u oraciones.

También he tenido espacios de silencio en mi relación con Merton, períodos en los que decido no leerlo, pero siempre regreso con más ímpetu a la lectura de sus libros, que ya no repaso en una lectura formal, sino que simplemente tomo alguno y voy leyendo partes de él, o volviendo a leer lo subrayado; porque mis libros de Merton están todos llenos de subrayados con un bolígrafo rojo, y renglones cubiertos con el trazo de un marcador amarillo. Esta afinidad y este diálogo con la obra de Merton, y con su misma historia personal, no implican que esté de acuerdo con todo lo que Merton hizo o escribió; también tengo mis diferencias con él, pero esto enriquece nuestro diálogo.

Muchas veces he querido seleccionar los textos que más me dicen, a los que más acudo, pero luego pienso que ya otros lo han hecho y no creo tener nada novedoso que aportar con mi selección; sí me gustaría que más personas pudieran aprovecharse de la experiencia de Merton, de sus escritos e intuiciones espirituales. Hoy mismo, leyendo algunas páginas de “Conjeturas de un espectador culpable”, me parecía encontrar muchos puntos de encuentro entre lo que Merton dice y lo que recién escribió el papa Francisco en su exhortación “La alegría del evangelio”; es un signo claro de la actualidad y la necesidad de su mensaje para la Iglesia y para nuestro mundo.

Suelo copiar frases cortas de Merton en pequeñas tarjetas de colores; tengo actualmente una de ellas sujeta en el espejo de mi cuarto, y dice: “Alcanzar la plenitud que busco, la de ser una persona corriente”. Una manera muy acertada de acompañar este Centenario del nacimiento de Merton sería seguir las meditaciones del libro “Un año con Thomas Merton”, tomadas de sus diarios; selección hecha por Jonathan Montaldo, y publicada en español por Sal Terrae. Personalmente he tomado una frase de Merton como inspiración para esta Cuaresma, también tomada de sus diarios: “Prestar atención con amor y humildad a Cristo en la cruz”, y orar, también con él, diciendo:”Ojalá esta Cuaresma sea bendecida con vacío y paz y fe”.

Lo mismo les deseo a todos ustedes

martes, 17 de febrero de 2015

CUARESMA: RETORNO


“Hay una sola cosa importante por sobre todas:
el retorno al Padre.

El hijo vino al mundo y murió por nosotros, resucitó
y subió al Padre; nos envió su Espíritu para que en Él y con Él podamos volver al Padre.

 Para que podamos salir limpiamente de en medio de todo lo transitorio e inconcluso: volver a lo Inmenso, lo Primordial, a la Fuente, al Desconocido, a Aquel que ama y sabe, al Silencioso, al Misericordioso, al Sagrado, 
a Aquel que lo es todo.

Buscar algo, preocuparse de algo que no sea esto es sólo locura y enfermedad, pues ese es el entero significado y el núcleo de toda existencia, y en eso toman su justa significación todos los asuntos de la vida, todas las necesidades del mundo y de los hombres. Todos apuntan a ese gran  regreso
 a la Fuente.

Todas las metas que no sean definitivas, todos los términos de la línea que podemos ver y planear como ‘términos’ son sencillamente absurdos porque ni siquiera empiezan. El "retorno" es el fin más allá de todos los fines y el comienzo de todos los comienzos. .

El  regreso al Padre no es ‘retroceder’ en el tiempo, ni enrollar el rollo de la historia, ni volver del revés nada. Es ir adelante, ir más allá,  pues volver sobre los propios pasos sería una vanidad, una repetición del mismo absurdo, al revés.

Nuestro destino es ir más allá de todo, dejarlo todo, apremiar adelante, hacia el Fin, y hallar en el Fin nuestro Comienzo. El Comienzo siempre nuevo 
que no tiene fin.”


THOMAS MERTON 

sábado, 7 de febrero de 2015

CIERTAS ESTRUCTURAS TIENEN QUE CAER...

“Ciertas estructuras tienen que ser sacudidas, ciertas estructuras tienen que caer. No necesitamos ser revolucionarios dentro de nuestras instituciones. Actualmente se ven muchos rebeldes neuróticos en el claustro; el tipo de neurótico que se queja interminablemente de todo y que no tiene ninguna intención en absoluto de sustituir toda su negación por algo positivo, la persona que siempre está descontenta y que automáticamente echa la culpa de todo a alguien más… no necesitamos nada de eso. Pero por otra parte, no queremos irnos al otro extremo y ser simples avestruces, negándonos a ver que estas instituciones están vencidas en muchos aspectos, y que tal vez la renovación signifique el colapso de algunas estructuras institucionales y el inicio de toda una nueva forma”. (144)
Thomas Merton
Acción y contemplación