“Se ha usado y abusado tanto del lenguaje del
cristianismo que a veces se desconfía de él: no sabemos si detrás de la palabra
‘cruz’ se encuentra la experiencia de misericordia y salvación, o sólo la
amenaza de castigo. Si mis palabras significan algo para ti, puedo decir que he
experimentado que la Cruz significa
misericordia y no crueldad, verdad
y no engaño, que la nueva de la verdad y el
amor de Jesús es, en efecto, la
verdadera buena noticia, pero en nuestro tiempo se proclama en lugares
extraños. Y tal vez se anuncie más en ti que en mí; lo digo sin sentir
vergüenza ni culpa, porque he aprendido a alegrarme de que Jesús esté en el mundo en personas que no saben que Él está actuando en
ellas cuando piensan que están lejos de él, y me alegra decirte que esperes,
aunque pienses que para ti toda esperanza es imposible. Espera,
no porque pienses que puedes ser bueno, sino porque Dios nos ama independientemente de nuestros méritos y todo lo bueno que hay en nosotros viene de
su amor, no de nuestras obras. Espera,
porque Jesús está con los pobres, marginados y quizá despreciados incluso por
quienes deberían buscarlos y cuidar de ellos con el mayor amor, porque actúan
en nombre de Dios. Nadie en el mundo tiene motivos para desesperar de Jesús,
porque Jesús ama al ser humano, lo ama
en su pecado, y también nosotros debemos amar al ser humano en su pecado.”
THOMAS MERTON.
Carta incluída en “El Libro de Las Horas”. Sal Terrae
Carta incluída en “El Libro de Las Horas”. Sal Terrae
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