lunes, 29 de enero de 2018

NACER Y RENACER.

 31 de enero, aniversario 103 del nacimiento de Thomas Merton.  Dejemos que él mismo nos hable de eso en dos escritos suyos separados por años de distancia. 






NACER. 

"En el último día de enero de 1915, bajo el signo de Acuario, en un año de una gran guerra y a la sombra de unas montañas francesas de la frontera con España, vine al mundo.  Libre por naturaleza, a imagen de Dios, fui sin embargo prisionero de mi propia violencia y mi propio egoísmo, a imagen del mundo al cual había venido. "

LA MONTAÑA DE LOS SIETE CÍRCULOS. (Editorial 
Sudamericana S.A.)





RENACER. 

"Si en tu cruz, tu vida y tu muerte y las mías
se entrelazan,
el amor me enseña a leer, en tí, los signos de una nueva historia,
hallo mi origen en otra infancia,
cambiando en mi recorrido
New York y Cuba por tu Galilea
y Cambridge por tu Nazaret,
hasta que vuelvo a mi principio
y encuentro un pesebre, una estrella y paja,
una pareja de animales,
unos hombres sencillos,
y así descubro que nací,
esta vez no en Francia, sino en Belén."

LA BIOGRAFÍA.  (fragmento) OH CORAZON ARDIENTE. ( Ed. Trotta.)

















miércoles, 17 de enero de 2018

EN LA DESNUDEZ.

"Exactamente igual que tenemos una máscara externa y superficial producto de nuestras palabras y nuestros actos, pero que no representa totalmente todo lo que está en nosotros, así los creyentes tratan con un Dios que está hecho de palabras, sentimientos, consignas tranquilizadoras, y esto no es el Dios de la fe, es el producto de la conducta social y religiosa. Un ‘Dios’como ese, se convierte en un sustituto del Dios invisible de la fe y de ese modo, aún cuando esa imagen confortadora puede parecernos real, en realidad no es más que una especie de ídolo. Su función principal es protegernos contra un encuentro profundo con nuestro auténtico yo interior y con el verdadero Dios.

El silencio es, por lo tanto, importante incluso en la vida de la fe y en nuestro más profundo encuentro con Dios. No podemos estar hablando continuamente, rezando con palabras, argumentando o manteniendo continuamente una especie de música devota como fondo. Gran parte de nuestro bien intencionado diálogo religioso interior es, de hecho, una cortina de humo y una evasión. … En vez de encontrarnos realmente con Dios en la desnudez de la fe, en la cual nuestro ser más íntimo queda desnudo ante él, realizamos un acto de ritual interior que no tiene función alguna,
pero que aquieta la ansiedad.

La fe más pura tiene que ser sometida a la prueba del silencio, en el cual escuchamos lo inesperado, en el que estamos abiertos a lo que hasta ahora no sabemos, en el cual nosotros lenta  y gradualmente nos preparamos para el día en que hayamos alcanzado un nuevo nivel de ser con Dios.”


THOMAS MERTON. Amar y Vivir. Silencio Creativo. 
 (fragmento)   

miércoles, 10 de enero de 2018

OTRA CONVERSIÓN.

En esta entrada en su Diario, Merton deja constancia de un nuevo enfoque para su vida, como una nueva conversión. Adelanta, ensancha miras, profundiza. Se está comprometiendo con los problemas más acuciantes de su realidad; guerra, injusticia social, van a ser ahora temas a los que se refiere en sus escritos con creciente frecuencia. Es otro comienzo más para él.
Empezando un nuevo año, hemos escogido este texto para compartirlo con ustedes.  




"¿Cuál es mi nuevo desierto? Su nombre es compasión.
No existe yermo tan terrible, tan bello, tan árido y tan fructífero como el yermo de la compasión. Es el único desierto que verdaderamente florecerá como el lirio. Se convertirá en un estanque. Echará brotes y florecerá y saltará de gozo.
En el desierto de la compasión, la tierra sedienta ve brotar fuentes de agua, el pobre posee todas las cosas. No existen fronteras que controlen a los moradores de esta soledad, en la cual yo vivo solo, tan aislado como la Hostia sobre el altar que, siendo alimento de todos los hombres, pertenece a todos y no pertenece a nadie, porque Dios está conmigo y se asienta en las ruinas de mi corazón, predicando el evangelio a los pobres."

THOMAS MERTON. Diarios, 29 de noviembre de 1951.



sábado, 6 de enero de 2018

EL MERTON DE PLENITUD. 50 ANIVERSARIO.

¡Feliz año nuevo amigos y amigas!  Es un año de especial recordación para los amigos de Thomas Merton y de este blog, que busca mantener viva su palabra y tenerlo presente en nuestra vida cotidiana en este convulso mundo contemporáneo. Comenzamos el cincuentenario de su muerte citando al reconocido especialista en Merton, Fernando Beltrán Llavador, en la celebración el mes pasado del inicio de este año mertoniano.
En Año Nuevo se estrenan o se renuevan propósitos de vida más plena. Aquí va una propuesta: leer a Merton. ¡Que tengamos buen camino en 2018!



"El 8 de abril de 1950, Sábado Santo, Merton anota en su diario: 'Todo está a la espera de la  resurrección'. La doble condición de un Merton falto de hogar a la vez que habiendo hecho del mundo su tienda; su modo de estar a un tiempo henchido de esperanza y plenamente consciente de las contradicciones de su propia vida y de su sociedad; el río de palabras en el centro de, brotando desde y apuntando hacia un pozo de silencio para escuchar y responder a la Palabra de Dios; su desapego y su implicación en los problemas concretos de su tiempo; los días vividos como un extraño pero sabedor de pertenecer a una comunión de tres Personas en “sociedad perfecta”: todo ello, a la luz del anhelo de una Presencia que ninguna cosa podrá jamás satisfacer, toca hondas fibras personales y conmueve. “Todo está a la espera de la Resurrección”. Esas palabras pueden cambiar un corazón de piedra en un corazón de carne. Son un espejo cuyo reflejo, lejos de ser neutro o pasivo, es profundamente transformador, y nos invitan a atravesarlo –“Yo soy la Puerta”- descubriendo realidades espirituales que de otro modo permanecerían veladas, olvidadas, ocultas entre sombras, dormidas, ignoradas.

En mayo de 1968, durante un retiro dirigido a mujeres contemplativas en la Abadía de Nuestra Señora de Gethsemani, Merton concluyó su charla  La realidad contemplativa y el Cristo redivivo afirmando: “…realmente Cristo ha resucitado y vive ahora en nosotros”. Así, todo está a la espera de la Resurrección y al propio tiempo “se trata de que Cristo realmente está y vive aquí y ahora en nosotros”. (1).   Eso es intrínseco a nuestra condición fronteriza. Le esperamos pero ya vive con nosotros. Le buscamos aunque nos acompaña. Quizás es en esos dos retiros con las abadesas en diciembre de 1967 y en mayo de 1968 donde encontramos al Merton de plenitud, dando muestras de madurez y compartiendo su sabiduría de una manera honda y humana, bendecido por el espíritu de Sofía, y abordando temas en los que, si bien inicialmente fueron objeto de exploración en un ambiente de apertura y sinceridad reservado solo a unas pocas contemplativas, todos podemos reconocernos. Comentarios como el siguiente, que afortunadamente fueron transcritos y pueden
leerse en el capítulo titulado “Presencia, silencio, comunicación”, continúan arrojando luz sobre la aparente opacidad de nuestras vidas y nos recuerdan la belleza y dignidad inalienable de nuestra misma existencia: “Dios necesita reconocer en nosotros la bondad divina. Este deseo, el deseo de Dios de reconocerse en nosotros, es una verdad profunda. Por eso la contemplación tiene que ser accesible para todos” (MC 45).

El hecho de que la contemplación sea para todos constituye, a mi entender, una llamada, cada vez más urgente, para que lleguemos a ser personas adultas. Como un antídoto contra la alienación contemporánea en sus múltiples manifestaciones, Merton nos exhorta a cultivar la “responsabilidad en una comunidad de amor”, pues “la contemplación no es una ocupación individualista” (MC 84). Y se hace eco de las palabras de Cristo, “amaos los unos a los otros”, que para él sintetizan la relevancia y la urgencia de la contemplación hoy: “que Dios habite justamente aquí, entre nosotros. ¿Acaso no es esto la contemplación, la experiencia de la cercanía y la proximidad de Dios?” (MC 85).
Vivir a la altura de ello puede convertir a los contemplativos en profetas antes que en meros supervivientes; en creadores y artistas de la danza trinitaria, visionarios y hacedores, exploradores del arte espiritual de la posibilidad; en “nómadas del Absoluto”,  (2)  extrañados, anhelantes y a la búsqueda incesante de un nuevo cielo y una nueva tierra, a la vez que moradores y entrañados en su Cuerpo desde antes incluso de que el mundo fuera creado (Ef. 1,4). "


FERNANDO BELTRÁN LLAVADOR.
 "Thomas Merton a los 50 años de su muerte. Entrañado aunque extrañado, extrañado aunque entrañado." Celebración en el monasterio de MM.Cistercienses Calatravas. Moralzarzar, 
Madrid, 9 de diciembre de 2017.
(Publicado en cister.com)

Notas del autor: 

1 Thomas Merton, Los manantiales de la contemplación: Un retiro en la abadía de Getsemaní (Santander: Sal Terrae, 2017) 298;
las referencias siguientes serán citadas como “MC” en el texto.

2 En expresión de Javier Melloni, sj, en “Nómadas del Absoluto: La Vida Religiosa ante el diálogo interreligioso”. Frontera Hegian: Cuadernos de Formación Permanente para Religiosos (2012) 80: 7.