“El tiempo maltratado se manifiesta, en primer lugar, en la carencia de la capacidad de 'ser' en el presente. Este punto de vista más bien desconcertante proviene del filósofo de la religión Eugen Rosenstock-Hussey. ¿Cómo podemos maltratar el tiempo? El autor opina que maltrato el tiempo cuando meto muchas cosas en él. Cuando dejo pasar el tiempo sin prestarle mucha atención. Cuando lo mato con muchas actividades vacías, lo maltrato.Y el tiempo maltratado de este modo me penaliza porque se retira del presente. Se pierde para mi vida. En un tiempo así perdido, me pierdo a mí mismo. No me siento. No estoy conmigo. No estoy presente. El tiempo ya-no-presente me imposibilita incluso vivir el presente. El tiempo mismo se me escapa. Voy detrás de él, o no lo abarco. Pasa delante de mí sin desvelarme su secreto. ”
“Seis horas de trabajo son suficientes. Las otras horas le dicen a la gente ¡vive!. A los sindicatos les gustaría apropiarse de estas palabras del escritor de la antigüedad
Lukian.
Sin embargo, él no deja que de ellas se apoderen tan fácilmente los sindicatos: no dice nada del trabajo
pagado y de una remuneración justa. Más bien, pone la norma en su sitio. Quien
trabaja seis horas puede rendir mucho. Seis horas de trabajo creativo son
suficientes. La meta de la vida no es
hacer lo posible por trabajar mucho, la meta es vivir. Vivir no quiere decir
tener el mayor número de experiencias posible y entregarse, después del
trabajo, a la diversión. Vivir es, más bien, estar totalmente en el presente,
hacer lo que corresponde al corazón: observar lo que existe y descubrir así el
secreto de la vida.”
ANSELM GRÜM. El pequeño libro de la alegría.
Edit. Verbo
Divino. 2006