“Lo que siempre me ha gustado de Dorothy Day es que ella
misma fue una más entre las personas a las que dedicó su vida. Ella fue real, no fue una filántropa de la zona residencial. No fue una monja que buscaba una
buena obra par hacer. No fue una burócrata del gobierno que distribuía dinero y luego tomaba el tren para volver a su barrio rico. Ella fue real.
Madre soltera, ciudadana desilusionada, mujer pobre,
feligresa rebelde, observadora desempleada de la raza humana. Había abandonado
la Iglesia. Había vivido en un edificio de viviendas de alquiler del que se
había avergonzado en la infancia. Se había hecho un aborto y más tarde dio a
luz una hija sin estar casada. Había trabajado mucho para no ganar nada y vivir
en un apartamento barato y miserable porque no podía costearse algo mejor….Podría
haber sido la pordiosera por excelencia…”
Su conversión al Cristo pobre enrumbó su vida. Y a la lucha
por los trabajadores, los inmigrantes, a
la lucha por los derechos de la mujer, la consagró.
“La gente quiere paz, pero no las cosas que conlleva la paz”.
(D.D.)
Para Dorothy, las cosas que conllevan la paz eran las obras diarias, generosas, ilimitadas…
"Inició The Catholic Worker, un periódico barato, para
advertir, instruír y consolar a las personas de todas partes que, como ella, no
le encontraban sentido al mundo que se llamaba a sí mismo cristiano pero se había
vuelto oficialmente loco porque trituraba a las personas bajo el tacón de su
zapato en nombre de la empresa privada, destruía naciones en nombre de la
libertad y esclavizaba personas en nombre de los derechos humanos…. Organizó
comedores comunitarios…abrió albergues…hospedó desposeídos….se opuso a la
guerra.. ”
Para este trabajo, durante la vida de Dorothy se iniciaron
más de 75 grupos fundamentalmente independientes, pero unidos en la filosofía
cristiana de compartir una forma alternativa de vida. Después de su muerte se
formaron todavía más gupos con estos objetivos.
“Cada vez más gente perdía su trabajo, más familias eran
desalojadas, los grupos comunistas formaban Consejos de Desempleados y la
Alianza de Trabajadores había comenzado a existir. Era hora de que surgieran
grupos de presión, de acción directa. El radicalismo bullía en todos los
grupos, menos en el catolicismo. Me sentía fuera de lugar. ..Como dijo el Papa
Pio XI con tristeza: La iglesia había perdido a los trabajadores del mundo”..(D.D.)
“...Dorothy Day persistió en su postura pacifista radical
advirtiendo que cosas peores ocurrirían si la violencia se oponía a la
violencia y permaneció erguida e inquebrantable en el corazón mismo de la
Iglesia. Al principio, su Movimiento Católico Obrero fue tratado, cuanto mucho,
como un descarrilamiento molesto pero básicamente inofensivo. En el transcurso
de los cinco años posteriores a su muerte… Dorothy Day permaneció firme y la
iglesia terminó avanzando hacia ella…”
"La tentación, por supuesto, es lamentar la pérdida de una
líder así en una época que necesita a gritos liderazgo. La diferencia aquí, sin
embargo, puede ser que lo que Dorothy Day lideró fue una revolución de
actitudes y una revolución de responsabilidad personal. Ella es el icono de la
clase de líder que todos, cualquiera, podemos ser, no cambiando a otras
personas, sino cambiándonos a nosotros mismos”
Resumen del capítulo "ICONO DE LAS CALLES" escrito por Joan
Chittister para el libro VIDAS DE FUEGO, GRANDES FIGURAS ESPIRITUALES DE LA
HISTORIA DEL SIGLO XX. Edit. Lumen-Edibesa 2006
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