martes, 20 de noviembre de 2018

PREPARANDO EL CERCANO ADVIENTO...


En menos de 15 días, dos domingos, comenzamos el nuevo año cristiano, con el primer domingo de Adviento, y resulta siempre provechoso, espiritualmente, prepararnos para ello con algunas lecturas personales, además de participar en las celebraciones de la comunidad eclesial. Será un paso más de la “interminable aventura de la vida espiritual”, pues cada año –dice Joan Chittister- es un punto de crecimiento claramente identificable en la vida de una persona. Las celebraciones del año litúrgico tienen el propósito de sintonizar la vida del cristiano con la vida de Jesús, el Cristo, por ello nos sumergen en el sentido y la esencia de la vida cristiana; es un verdadero “ejercicio de maduración espiritual”.

En este mismo blog, y en otros afines, podrán encontrar información sobre el Adviento, en las entradas de los años anteriores, sobre todo textos de TM, y su libro “Tiempos de celebración”, cuya lectura resulta muy apropiada para adentrarse en el sentido de la liturgia cristiana. Entre los ensayos que incluye destacaría: “Liturgia y personalismo espiritual”, “El tiempo y la liturgia” y “Adviento: ¿Esperanza o engaño?”.

También incluiría la lectura de algunos libros de Anselm Grün, y en primer lugar “Año litúrgico sanador. El año litúrgico como psicodrama” (Verbo Divino, 2002), así como otros escritos suyos que ofrecen pautas para la vivencia cotidiana de la fe. Para este año sumo además un libro de Joan Chittister, del que pueden encontrar citas en este mismo blog, “El año litúrgico. La interminable aventura de la vida espiritual”, publicado por Sal Terrae. 

Así, entre lecturas nuevas y relecturas, me preparo para el nuevo tiempo litúrgico, de manera que “pueda desarrollar las dimensiones cósmicas de lo que significa estar vivo en la entraña misma de la vida cotidiana”.

Como sustrato de lo anterior suelo leer cada año la amplia introducción que trae el primer tomo de la Liturgia de las Horas, en las que aparece ampliamente explicado el sentido del ciclo anual de celebraciones en la oración comunitaria de la Iglesia.

Otra sugerencia: suelo revisar cada año, a lo largo de estas semanas previas, los textos bíblicos que se utilizarán en los cuatro domingos de Adviento, para captar el sentido espiritual del “camino” que voy a emprender. Así, para cada domingo de este tiempo busco, para servirme de ello a lo largo de esa semana, un deseo, una suplica, una certeza y un propósito. Podemos hacerlo solos, a nivel personal, o a nivel de grupos en nuestra comunidad religiosa o parroquial, e incluso puede hacerse a nivel de familia.

Es importante que no seamos meramente entes pasivos en este proceso, sino que además de aprovechar los espacios eclesiales, seamos creativos en nuestra vida espiritual. A ello les invito con el deseo de que este nuevo Adviento traiga renovación, esperanza y alegría renovadas para todos.

(Fray Manuel de Jesús, ocd).

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