domingo, 31 de marzo de 2019

PASOS DE CUARESMA

"El hombre no se mortifica por una enfermiza pasión de sufrir. Dios no nos ha hecho para el sufrimiento. Si hay ayunos, si hay penitencias, si hay oración, es porque tenemos una meta muy positiva, que el hombre la alcanza con su vencimiento: la Pascua, o sea, la resurrección, para que no sólo celebremos a un Cristo que resucita distinto de nosotros, sino que durante la cuaresma nos hemos capacitado para resucitar con él a una vida nueva, a ser esos hombres nuevos que precisamente hoy necesita el país. No gritemos sólo cambios de estructuras, porque de nada sirven las estructuras nuevas cuando no hay hombres nuevos que manejen y vivan esas estructuras que urgen en el país".(San Oscar Romero).


"Oh, Dios, golpea el corazón, que hasta ahora
sólo llamas, alientas y corriges;
me has de abatir para que pueda alzarme,
me has de romper, quemar y hacer de nuevo.
Yo, cual villa usurpada, a otro debida,
trato de hacerte entrar, pero es en vano.
La razón, tu virrey, me ampararía,
pero está presa, y es infiel o débil.
Te amo mucho y querría que me amaras,
pero me he prometido a tu enemigo;
divórciame, desata o corta el nudo;
aprisióname, tómame, pues nunca
seré libre si tú no me cautivas,
ni, salvo que me raptes, jamás casto".
(John Donne)


"¿Qué apoyo o remedio llevaremos en el camino para no caer? El Maestro nos señaló dos: amor y temor. El amor nos hará apresurar los pasos, el temor nos hará ir mirando a dónde ponemos los pies para no tropezar. Pero ¿cómo sabemos si vamos con bastante provisión de amor y temor? El que ama verdaderamente a Dios, ama todo lo bueno. Quien de veras ama a Dios no puede amar vanidades, comodidades, deleites, honras o envidias. No pretende otra cosa que contentar al Maestro. Daría la vida para que fuera más conocido y seguido por otras personas… El otro remedio para el camino es el temor al mal. Temor al único mal de la humanidad: el apartarnos de él. Temor de salirnos del camino que nos conduce hacia él. Temor de nosotros mismos. Temor a que, por una locura, pongamos nuestros deseos por encima de los suyos. Por esto terminamos nuestra oración con la humilde y sincera expresión de nuestra debilidad «y líbranos del mal»".
(Santa Teresita del Niño Jesús).

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.