¿Podemos imaginar un encuentro entre Thomas Merton, Bruce Springsteen y
Dorothy Day en 1967? Lo hace para nosotros el escritor Chad Mitchum en la
revista América, de los jesuitas, en
su sección de Arte y Cultura (1 de abril
2019). En el relato, con humor a ratos cercano a la caricatura, estas tres
personalidades de la cultura norteamericana se encuentran casualmente en la
redacción de la revista.
Allí son observados y escuchados con admiración perpleja por
un novicio jesuita que cumple una etapa de su formación haciendo fotocopias
para la revista. El nos presenta a la
futura gran estrella de rock, y a dos católicos prominentes. De inicio no sabe
quiénes son, y se limita a narrar lo que oye y ve sin añadir apenas su opinión
personal. Esa nos la deja a nosotros.
“La puerta principal se abrió y entró alguien que luego supe
que era guitarrista. Le repetía a todo el mundo que no había aprendido todavía
a hacerla hablar” (Obviamente, se refiere a Springsteen.)
“En una silla parecida a un trono de terciopelo rojo
bastante incómoda estaba sentada una señora de pelo gris y abrigo de lana
también gris. Leía pacientemente un libro y esperaba la última edición de su
relato sobre la proliferación nuclear y la sopa de zanahoria. Me pareció
familiar. Por alguna razón deseé de repente ser un sin techo o algo así
parecido a comunista.” (Habla de Dorothy Day).
Pero en la forma en
que nos presenta a cada uno, hay cierta ironía en la que Merton no queda muy
bien parado:
“Entró un hombre calvo y buen tipo con hábito gris y negro y
le dijo a todo el que quisiera oírlo que era monje. Que vivía en soledad. Casi
siempre.” (Ha entrado Merton). Y más adelante:
“El P. Merton miró su reloj pulsera de oro, vio que ella
(Dorothy Day) lo vio y se metió la mano en el bolsillo rápidamente”.
El monje trapense aparece
más bien superficial y externo, mientras que una gruñona Dorothy Day se muestra
muy humana y entregada:
“….esta gente nunca ha tenido que esclavizarse delante de un
fogón haciendo sopa de zanahoria para un puñado de borrachos sin techo que
tratas de recordar, como una loca, que son el mismo Jesús”
y el jovencito
Springsteen, que según dicen sus biógrafos salió a las malas de un colegio
católico, por desacuerdos en temas
morales con la institución escolar y algunos de sus compañeros, se nos presenta
populachero, natural y de buen corazón. Él entra a la redacción de la revista…
(lo sabemos al final) sólo porque buscaba un baño, y ahí empata su conversación
sobre todo con Day, que tampoco se inhibe de ironías. La vieja amiga de Merton le dice al
saludarlo:
“Thomas, ¿terminaste ya de contemplar….todas esas Semillas?”
Dorothy Day ha venido
a la revista para revisar borradores de artículos suyos que van a ser
publicados. Y Merton.. ¿a qué vino Merton?.
Le pregunta el redactor jefe :
" y tú Tom, supongo
que viniste a buscar mi estera para yoga” Y Merton responde simplemente:
“Gracias”.
El tema de la formación religiosa y de la fe no están
ausentes en este relato. Según Dorothy Day, aunque Springsteen afirma que se ha
“mudado de iglesia”, y ahora pertenece a la “iglesia del rock’n’roll, ella está
convencida de que si algún dia tuvo fe, o al menos formación religiosa, perdurará
en sus canciones aunque él no se de cuenta.
“Eso nunca te abandona. Se va a colar en cada una de tus
canciones, como el polvo por las persianas de Oklahoma”.
Hay otro personaje en el relato, el jesuita redactor jefe de
la revista, siempre tratando de contemporizar con cada uno. Y por supuesto,
también nosotros los lectores somos mudos personajes que, como el narrador,
pero invisibles hasta para él, nos sentimos presentes en esa tarde lluviosa, en
esa hora escasa, en que todo sucede….o pudo suceder. Les dejamos el link del artículo en inglés.
Que lo disfruten.
https://www.americamagazine.org/arts-culture/2019/04/01/day-thomas-merton-dorothy-day-and-bruce-springsteen-met-america- magazine? fbclid=IwAR3MF1zC16xJwIW9uS5k7rcyyVrokLL_tGNbK9bAHwxFCWoI8E7sd97C6No
(La imagen pertenece al artículo original)
Traducción: Sol Aparicio
Tengo la impresiòn de que en este encuentro imaginario Merton no queda muy bien parado, pues aparece descrito con los estereotipos que le suelen aplicar habitualmente sus detractores. De todos modos quise compartirlo, con la ayuda de mi colaboradora en el blog.
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