"Ayer por la tarde, cuando Joe y John G. se despedían, les dije bromeando: «¿Por qué no me lleváis con vosotros a Louisville?». Realmente, yo no bromeaba. Sin duda, los habría acompañado si ellos se hubiesen tomado en serio mis palabras. Por desgracia, todo este asunto se trivializó y acabó convirtiéndose en algo desesperadamente estúpido. Ahora sé que, aun cuando esto me atraiga, no es lo que debería hacer. Yo he dejado ya de ser el chico desconocido que puede hacer cosas como esa. Tengo una responsabilidad.
La vocación es algo más que una simple cuestión de vivir en un determinado lugar y vestir un determinado tipo de ropa. Hay demasiadas personas en el mundo que confían en el hecho de que yo me tomo en serio la profundización de una dimensión interior de la experiencia que ellas desean, pero les está vedada. Es algo que a mí no me está vedado: es un don que yo he recibido, no para mí mismo, sino para todo el mundo, incluida ciertamente M. No puedo permitir que ese don se derroche y se disipe locamente. Hacerlo sería criminal. Al final, la destruiría a ella y me destruiría a mí mismo".
Thomas Merton
Diario22/junio/1966
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