viernes, 31 de enero de 2020

THOMAS MERTON: RESUMEN BIOGRÁFICO


Thomas Merton vivió entre 1915 y 1968, una época compleja y convulsa, época de guerras y de cambios, de transformaciones sociales, que marcaron inevitablemente sus propios desafíos personales. Durante ese período tuvieron lugar dos grandes Guerras Mundiales, la humanidad padeció el ascenso al poder de los totalitarismos, y también el período de la llamada “guerra fría” y la amenaza nuclear[1]

Merton es el típico hombre del siglo XX, que conoció tiempos de gran dinamismo, social y eclesial, y que afrontó desde su condición humana, “itinerante y vulnerable”; tal vez por ello su testimonio alcanzó un eco inusitado en un momento de desconcierto y crisis, al combinar tradición y novedad y proponiendo un camino antiguo desde perspectivas nuevas. De sus casi 54 años de vida, vivió 27 como monje trapense, en una abadía norteamericana, en el estado de Kentucky, pero siempre, aun en los años de mayor “ilusión” monástica, se sintió parte de su tiempo y de su mundo. 

Sus primeros 16 años de vida fueron el sustrato donde arraigó la fuerza dinámica de su proceso de conversión, que transcurrió en los momentos álgidos de un conflicto bélico que marcaría definitivamente al mundo, y que desembocó, primero en su bautismo católico, en 1938, y luego, en su entrada en Getsemaní, en 1941. Describió sus primeros años como monje como un viaje en el vientre de una paradoja, pues fueron años de luchas interiores, de purificación espiritual, y de recomposición de una imagen idealizada de su proyecto como consagrado y contemplativo. 

La publicación de su autobiografía le hizo muy conocido, y le convirtió en el representante de la vida monástica más conocido de su tiempo, y sus libros se leían en los refectorios de muchos conventos y monasterios, y por el público en general; mientras, él luchaba por conciliar su labor de escritor con su ideal contemplativo. Estudió con tenacidad acerca de la tradición monástica y espiritual católica, y ejerció como maestro en su monasterio. 

Poco a poco se fue abriendo a una comprensión más amplia de su lugar, como monje, en el mundo contemporáneo, y una experiencia que tuvo en el centro de Louisville, ciudad cercana al monasterio donde acudía para exámenes médicos, le hizo renovar decididamente su compromiso con su entorno social. Así, la voz del monje contemplativo adquirió tonos proféticos al denunciar la ambigüedad de los cristianos frente a la guerra, el armamentismo, el racismo o la amenaza nuclear. Padeció la censura de sus superiores, las tensiones inevitables consigo mismo y con los que le pedían asumir determinada postura, e inclusive se vio implicado en una extraña relación afectiva con una joven enfermera que le cuidó mientras convalecía de una intervención quirúrgica. Pero su vocación salió incólume de cada prueba, porque siempre tuvo claro cuál era la voluntad de Dios para él, y que esta se manifestaba indudablemente a través de sus superiores. 

Abierto al mundo oriental, e intentando ayudar en el acercamiento de tradiciones contemplativas en Oriente y Occidente, viajó por Asia antes de asistir a un Congreso de Abades benedictinos; estando allí le llega la muerte, un 10 de diciembre, aniversario de su llegada al monasterio, a causa al parecer de un choque eléctrico. Pero la vida del monje continuó en sus escritos, y en el testimonio vivo de una obra que cada vez encuentra mayor acogida, dentro y fuera de la Iglesia.



[1] R. Cao Martínez, Thomas Merton, Salamanca,  SINERGIA, 2008,  13. Es la más reciente biografía de TM publicada en español.

miércoles, 29 de enero de 2020

LA LUZ DE SU ROSTRO

"Hoy, en un momento de prueba, he redescubierto a Jesús, o quizá Le he descubierto por primera vez. He estado más próximo que nunca a la plena comprensión de la verdad según la cual nuestras relaciones con Jesús están infinitamente más allá del nivel de la imaginación y de la emoción. Sus ojos, que son los ojos de la Verdad, están fijos en mi corazón. Donde se posa Su mirada hay paz, porque la luz de Su Rostro, que es la Verdad, produce verdad allá donde resplandece. También se experimenta alegría, y Él dice a quienes ama: Tendré fijos mis ojos en ti. Sus ojos están siempre sobre nosotros en todas partes y en todos los momentos.

Ninguna gracia viene a nosotros del cielo sin que El mire nuestro corazónLa gracia de esa mirada de Cristo en mi corazón ha transfigurado este día como un milagro. Me parece que he descubierto una libertad que no he conocido nunca antes en mi vida.

He sentido que el Espíritu de Dios estaba sobre mí y he pensado que, con solo volver un poco la cabeza, vería una hueste de Ángeles con armadura plateada avanzando detrás de ml por el cielo, viniendo por fin a limpiar de un plumazo el mundo entero. Me ha llevado a un vivido océano de paz.

Y el mundo entero y el cielo entero estaban llenos de una música maravillosa...".

Thomas Merton
El libro de las horas
(Entering the silence)

EL REMEDIO MÁS PODEROSO

¿Dónde podrá hallar nuestra debilidad un descanso seguro y tranquilo sino en las llagas del Salvador? En ellas habito con seguridad, sabiendo que él puede salvarme. Grita el mundo, me oprime el cuerpo, el diablo me pone asechanzas, pero yo no caigo, porque estoy cimentado sobre piedra firme. Si cometo un gran pecado, me remorderá mi conciencia, pero no perderé la paz, porque me acordaré de las llagas del Señor. Él, en efecto, fue herido por nuestras rebeldías. ¿Qué hay tan mortífero que no haya sido destruido por la muerte de Cristo? Por esto, si me acuerdo que tengo a mano un remedio tan poderoso y eficaz, ya no me atemoriza ninguna dolencia, por maligna que sea.

Por esto no tenía razón aquel que dijo: Mi culpa es demasiado grande para soportarla. Es que él no podía atribuirse ni llamar suyos los méritos de Cristo, porque no era miembro del cuerpo cuya cabeza es el Señor. Pero yo tomo de las entrañas del Señor lo que me falta, pues sus entrañas rebosan misericordia. Agujerearon sus manos y pies y atravesaron su costado con una lanza; y a través de estas hendiduras puedo libar miel silvestre y aceite de rocas de pedernal, es decir, puedo gustar y ver cuán bueno es el Señor.

Sus designios eran designios de paz, y yo lo ignoraba. Porque, ¿quién ha conocido jamás la mente del Señor?, ¿quién ha sido su consejero? Pero el clavo penetrante se ha convertido para mí en una llave que me ha abierto el conocimiento de la voluntad del Señor. ¿Por qué no he de mirar a través de esta hendidura? Tanto el clavo como la llaga proclaman que en verdad Dios está en Cristo reconciliando al mundo consigo. Un hierro atravesó su alma, hasta cerca del corazón, de modo que ya no es incapaz de compadecerse de mis debilidades.

Las heridas que su cuerpo recibió nos dejan ver los secretos de su corazón; nos dejan ver el gran misterio de piedad, nos dejan ver la entrañable misericordia de nuestro Dios, por la que nos ha visitado el sol que nace de lo alto. ¿Qué dificultad hay en admitir que tus llagas nos dejan ver tus entrañas? No podría hallarse otro medio más claro que estas tus llagas para comprender que tú, Señor, eres bueno y clemente, y rico en misericordia. Nadie tiene una misericordia más grande que el que da su vida por los sentenciados a muerte y a la condenación.

Luego mi único mérito es la misericordia del SeñorNo seré pobre en méritos, mientras él no lo sea en misericordia. Y porque la misericordia del Señor es mucha, muchos son también mis méritos. Y aunque tengo conciencia de mis muchos pecados, donde abundó el pecado sobreabundó la gracia. Y, si la misericordia del Señor dura siempre, yo también cantaré eternamente las misericordias del Señor. ¿Cantaré acaso mi propia justicia? Señor, narraré tu justicia, tuya entera. Sin embargo, ella es también mía, pues tú has sido constituido mi justicia de parte de Dios.


De los Sermones de san Bernardo, abad, sobre el Cantar
de los cantares

EXPLORANDO EL CORAZÓN HUMANO

"Hermano, quizás en mi soledad me he convertido por decirlo así, en un explorador para tí,  en un buscador de ámbitos que tú no eres capaz de visitar... He sido llamado a explorar un área desierta del corazón humano donde las explicaciones ya no son suficientes, y donde uno aprende que lo único que cuenta es la experiencia. Una región árida, rocosa y oscura del alma, a veces iluminada por extraños fuegos que los hombres temen, y poblada por espectros que los hombres evitan cuidadosamente, excepto en las pesadillas. Y en esta área he aprendido que uno no puede conocer verdaderamente la esperanza si no ha descubierto cuánto se parece a la desesperanza".

Thomas Merton
El libro de las horas

martes, 28 de enero de 2020

UNA CONVERSIÓN CREATIVA

"En ningún pasaje del Evangelio se nos dice que el misterio de la cruz, el misterio de la Resurrección y otros, se reduzcan a las menudas formalidades a las que los hemos reducido... Ciertas estructuras tienen que ser sacudidas, ciertas estructuras tienen que caer. No necesitamos ser revolucionarios dentro de nuestras instituciones... Lo que uno necesita hacer es iniciar uno mismo una conversión y una nueva vida, en la medida de lo posible. Así, mi nueva vida y mi contribución a una renovación del monasticismo empieza dentro de mí y en mi propia vida cotidiana... La creatividad tiene que empezar conmigo y no puedo quedarme aquí sentado, perdiendo el tiempo y pidiendo a la institución que se vuelva creativa y profética...".

Thomas Merton
Acción y contemplación

domingo, 26 de enero de 2020

LLEGAR A SER LO QUE YA SOMOS

"El nivel más profundo de comunicación no es la comunicación misma, sino la comunión. Sin palabras. Más allá de las palabras. Más allá del poder de la palabra, más allá de los conceptos. No estamos descubriendo una nueva unidad, sino que descubrimos una antigua unidad. Queridos hermanos, nosotros ya somos uno, pero imaginamos no serlo.  Y lo que hemos de hacer es recobrar nuestra unidad original. Lo que tenemos que ser es lo que ya somos".

Thomas Merton

viernes, 17 de enero de 2020

UN ÁNGEL MÁS SANTO

"Sifter dijo en una ocasión: «El dolor es un ángel santo que muestra unos tesoros a los hombres que, de otro modo, permanecerían escondidos para siempre; a través de él los hombres han llegado a ser más grandes que mediante todos los gozos del mundo». Así debe ser y así me lo digo una y otra vez, en mi posición actual: el dolor del anhelo que, con frecuencia, se puede llegar a sentir físicamente deber estar ahí, y no hablamos ni necesitamos hacerlo para que se vaya. Sin embargo, hemos de vencerlo cada vez y, así existe un ángel incluso más santo que el del dolor y que es el del goce en Dios".

Dietrich Bonhoeffer

miércoles, 15 de enero de 2020

EN NUESTRAS MANOS

"El tiempo, de por sí, es neutral; puede usarse destructiva o constructivamente. Me parece, cada día más, que la gente de mala voluntad hace uso mucho más eficiente del tiempo que la gente de buena voluntad. Nuestra generación tiene que arrepentirse, no sólo de las palabras y acciones odiosas de gente mala, sino del terrible silencio que guarda la buena. El progreso humano nunca llega sobre las ruedas de lo inevitable; viene gracias al inagotable esfuerzo de hombres y mujeres dispuestos a ser colaboradores de Dios. Sin esa ardua labor el tiempo mismo se convierte en aliado de las fuerzas del estancamiento".

Martín Luther King, Jr.

ELEGIR LA VIDA Y LA LIBERTAD

"Los monjes deben poder asegurar al mundo moderno que, en la lucha entre pensamiento y existencia, estamos del lado de la existencia, no en el de la abstracción. Pero ¿podemos afirmarlo sinceramente? No lo se. Gran parte de la vida monástica y de la "espiritualidad contemplativa" no es necesariamente abstracta en sentido filosófico, sino que constituye un comportamiento artificial en el cual el pensamiento, encarnado en formas rituales, se opone a los hechos concretos de la existencia. Para convencernos de que llevamos una vida espiritual y contemplativa, ¿no convertimos en un fetiche la sumisión de las realidades de la existencia humana a formas y legalismos rituales?

 Los monjes debemos poder asegurar al hombre moderno que Dios es la fuente y la garantía de nuestra libertad y no simplemente una fuerza que se halla por encima de nosotros para limitar esa libertad

En el conflicto entre libertad y ley, Dios está a favor de la libertad. ¡Vaya declaración escandalosa! Pero ¡está en el Nuevo Testamento! ¡Cómo vamos a afirmar ante el mundo moderno el escándalo del Nuevo Testamento? Es aquí donde nos enfrentamos a la seriedad de nuestra vocación profética como algo distinto de nuestra vocación contemplativa


Sin duda alguna, este es el mensaje que el monje debería dar al mundo. ¿Pero hasta qué punto pueden expresarlo así los monjes? Al parecer, estamos tan comprometidos a respetar la ley como cualquier otro. ¡Más que otros! Multiplicamos las leyes.  Vivimos una existencia altamente mediatizada en la que, en cualquier momento, la regla y el rito pueden sustituir la experiencia y el encuentro auténticos.

 Nuestro encuentro con Dios debería ser, al mismo tiempo, el descubrimiento de nuestra libertad más profunda. Si nunca lo encontramos, nuestra libertad nunca se desarrolla totalmente. Tan solo puede desarrollarse en el encuentro existencial entre el cristiano y Dios, o entre el ser humano y Dios, ya que no solo los cristianos encuentran a Dios. Todo hombre en cierto momento de su vida encuentra a Dios, y muchos que no son cristianos han respondido a Dios mejor que los cristianos. Nuestro encuentro con Él, nuestra respuesta a Su Palabra es la búsqueda y el reclamo de nuestra libertad más profunda, de nuestra verdadera libertad.

Thomas Merton
Acción y contemplación
(138-139)
Editorial Kairós, 1982

viernes, 10 de enero de 2020

ENCONTRAR UNA VIDA NUEVA

La primera exposición de Thomas Merton sobre el bautismo se encuentra en el vivo relato de su recepción del sacramento en la iglesia del Corpus Christi de Manhattan el 16 de noviembre de 1938, como se describe en la autobiografía, La montaña de los siete círculos. En esta explícita descripción de la ceremonia hay poco de análisis del significado teológico del sacramento, aunque sí se mencionan la renovación de "la visión interior de Dios y de su Verdad" en la profesión del Credo; el simbolismo de la sal y su asociación con la sabiduría, "el sabor de las cosas divinas"; y el significado del exorcismo, el don del Espíritu de Dios  y la expulsión de los espíritus impuros que habían dominado su vida antes de la conversión. Su preocupación porque esta alma nuevamente iluminada no vuelva a ser poseída por la oscuridad se repite como un eco en comentarios posteriores sobre la necesidad de la perseverancia: la tremenda responsabilidad, incumplida inicialmente, de vivir hasta el fin la nueva vida en el Espíritu comenzada en el bautismo.

Al tratar del bautismo en escritos posteriores, Merton subraya particularmente que es el don de una nueva identidad a través de la participación en la muerte y resurrección de Cristo.  El significado pascual del sacramento tiene sus raíces en la doctrina paulina del bautismo como inmersión en la muerte de Cristo para así compartir la vida del Salvador resucitado. Así escribe en El hombre nuevo:  

"La Pasión de Cristo nos es comunicada en el bautismo como remedio para nuestros pecados como si nosotros mismos hubiéramos muerto en la cruz. Al mismo tiempo, en el bautismo el poder de la resurrección fluye a nuestras almas, llevándonos a una vida nueva en Cristo".

 Esta identificación con Cristo también puede entenderse como participación en una nueva creación con el nuevo Adán, como el tránsito de la esclavitud a la liberación en un nuevo éxodo con el nuevo Moisés, como ser introducidos en "todas las grandes obras de Dios desde la Creación hasta el Juicio Final".

(Tomado de: Diccionario de Thomas Merton; voz: bautismo)