sábado, 2 de julio de 2022

SUZUKI: UN HOMBRE SENCILLO, PERO EXTRAORDINARIO

"Dos charlas prolongadas e interesantes con Suzuki. En la actualidad tiene noventa y cuatro años; está encorvado y sordo y se mueve con lentitud, pero sigue siendo enormemente vital y afectuoso. Importante apoyo de parte de Mihoko Okamura, su secretaria, muy amable y enérgica. Ambos se mostraron sumamente amistosos. Evidentemente, él ha leído varios de mis libros. Al parecer, son muchos los partidarios del zen que han leído Ascenso a la verdad. Resulta consolador; aunque es mi libro más prolijo y en cierto modo más vacío. A él le ha gustado mucho mi ensayo publicado en Continuum, hasta el punto de considerarlo una de las mejores obras sobre el zen escritas en Occidente. Mihoko preparó un té verde y nos lo sirvió en el tazón marrón oscuro, y yo lo bebí de tres sorbos y medio, como manda la costumbre: lo encontré estupendo. (J. Laughlin había dicho que era horrible).

 Así, pues, me senté con Suzuki en el sofá y charlamos de todos los temas relacionados con el zen y con la vida. Él me leyó un texto chino sobre historias familiares. Yo le traduje algo de Fernando Pessoa, a partir de la versión española de Octavio Paz. Con algunas cosas disfrutó enormemente. (Especialmente, con «¡Alabado sea Dios porque no soy bueno!». «¡Eso es tan importante...!», dijo Suzuki con mucho sentimiento). A él le gusta Eckhart, detalle que yo ya conocía por el libro que, hace varios años, me envió la Universidad de Kentucky. Estas charlas fueron muy agradables y de vital importancia para mí: para ver y experimentar el hecho de que realmente existía una profunda comprensión entre yo y este hombre sencillo, pero extraordinario, cuyas obras había estado yo leyendo por espacio de diez años con gran atención. Sensación de estar «situado» en este mundo. Esta es una consideración legítima, pero no debe malinterpretarse. 

Por mi parte, traté de explicar algunas cosas que tal vez no necesitaban aclaración. Ambos estuvimos de acuerdo sobre la necesidad de mantenernos apartados de movimientos y evitar hacer propaganda del zen y de cualquier otra cosa. También Mihoko pareció interesarse mucho por este tema y, evidentemente, conoce su zen. Sentí que ella y yo congeniábamos también perfectamente, y de hecho ella me cae muy bien. Desde hacía mucho tiempo, no tenía esta sensación de haber pasado unos momentos en mi propia familia".

Thomas Merton, Diarios
20 de junio de 1964

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.