miércoles, 26 de septiembre de 2018

CUANDO DIOS SE SIENTA POR ENCIMA DEL AGUACERO


Escribe Jean Leclercq a Merton, el28 de noviembre de 1959: 

Siempre resulta muy difícil ver claro dentro de nosotros mismos, alrededor nuestro. Se aprecian entonces los beneficios de la obediencia a una autoridad, que, suficientemente informada sobre todos los aspectos de un problema, con la suficiente distancia y elevación como para ser imparcial, puede juzgar sobre nosotros mucho mejor que nosotros mismos”. 


MERTON le escribe en su siguiente carta (24 diciembre 1960): 

Sé muy bien que Dios mismo está encima y más allá de las soluciones y decisiones de los hombres, y que si mis deseos provienen de Él, Él mismo no tendrá ninguna dificultad en llevarme donde Él quiera, y concederme la soledad que quiera”.


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