La liberación es ahora. Ahora es el momento de levantarse, alzar la cabeza y vivir como personas liberadas. Lo que somos, es plenitud. En un nivel relativo, superficial, pueden temblar los astros, aparecer miedo y angustia...; pero en el nivel absoluto, profundo, el Fondo que nos sostiene y constituye nos hace vivir en la confianza. Solo necesitamos reconocernos conectados a él. O mejor, reconocer que él constituye nuestra verdadera identidad.
Dar vueltas a las cosas en la cabeza no suele proporcionar más claridad ni más descanso, sino más confusión y sufrimiento. Por eso, todo pasa por acallar la mente y dejar de identificarnos con sus mensajes. Lleva la atención a la respiración, disfruta sencillamente de sentir el movimiento respiratorio y consiente en descansar en lo que es. No quieras pensarlo ni "controlar" mentalmente el proceso. No gastes tampoco energía en "pensar" a Dios; seguramente cuando dejes de pensarlo, te descubrirás en él, sin ningún tipo de distancia ni separación. De hecho, es imposible "escapar" de él, ya que es la Presencia imposible de evitar y, por ello, fuente de Confianza.
Enrique Martínez Lozano
Otro modo de leer el Evangelio
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