sábado, 3 de marzo de 2007

Thomas Merton, una mirada(3). Escribir como vocación y diálogo.

Una parte fundamental e imprescindible de la obra que Merton nos dejara son sus diarios personales, que comenzara a escribir desde los 16 años y que terminan con su imprevista muerte en Bangkok, Tailandia, en 1968. Algunos de esos diarios fueron publicados en vida del autor, preparados por este para que sus lectores conocieran las interioridades de la vida contemplativa y gozaron de enorme popularidad, convertidos algunos, lo mismo que su autobiografía, en verdaderos best seller; es el caso de “ El Signo de Jonás”, “Conjeturas de un Espectador Culpable” o “El Diario Secular de Thomas Merton” Otros aparecen después de su muerte, como “Diario de Alaska”, o el “Diario de Asia”, o la publicación íntegra de sus diarios, unos 9 volúmenes, publicados hasta el momento solo parcialmente en español. Merton creía desde niño que su vida sería de una riqueza inagotable si escribía acerca de la misma. Por eso escribir se convirtió en su segunda naturaleza, en su propia respiración, en su manera de saborear y ver a su alrededor y su propio interior, en su peculiar manera de orar. En 1958 escribió: “Escribir es pensar y vivir, e incluso orar”. Merton escribía con el corazón en la mano, y al hacerlo era consciente de practicar una verdadera disciplina espiritual, porque le mantenía despierto. Como dijera uno de sus cercanos colaboradores y editor, “Merton alumbró a Dios en sí mismo al escribir sobre la necesidad que él mismo sentía de que Dios naciese en él. Merton se convirtió en monje escribiendo acerca del proceso de convertirse en monje. Escribió acerca de su condición de perdido para que Dios lo encontrara rápidamente”.
Cuando uno lee estos textos biográficos de Merton tiene la sensación de estar escuchando la voz profunda, tranquila y silenciosa que resuena en nuestro propio interior, y es que su escritura actúa frente a nosotros como una ventana y también como un espejo, al descubrirnos nuestras infinitas posibilidades para con Dios y la interioridad, el gozo de la oración, la soledad y el silencio, posibles de vivir aun en medio del mundo y nuestra ajetreada vida cotidiana.
Además de lo dicho, Thomas Merton escribió mucho más, y sus artículos de periódicos y revistas forman por sí solos quince amplios volúmenes. Llegó a dirigir una revista literaria “Monks Pond” y escribir una novela, publicada póstumamente “My Argument with the GESTAPO”.

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