domingo, 6 de enero de 2008

Recompensas.


Un viejo maestro fue desde la India hasta la China con el propósito de ver al emperador, que ya en ese entonces era budista. El emperador le dijo al maestro:

“-He construido templos, levantado pagodas y erigido monasterios. ¿Cuál es mi recompensa?
Y el maestro respondió:
-“No tendrás ninguna. No hay para ti ninguna recompensa.
El emperador, desconcertado, reflexionó un momento, y al cabo comprendió lo que querían decir las palabras del maestro:
-“Si necesitas algo como recompensa, todas tus dádivas han sido una ficción”.

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