"Sabemos que cada vez que nos arrepentimos el amor se renueva y crece. Pero ¿Qué es el arrepentimiento? Pues hay una clase de arrepentimiento, de este mundo, que nos hunde en una pena mayor aún, nos hace quejumbrosos, y nos sumerge en la duda. Este tipo de arrepentimiento se atasca en la miseria y no conduce a nada. En cambio, el arrepentimiento que viene de Dios es completamente diferente.
Porque, no contentos con nosotros mismos, nos elevamos por fin a Dios y damos la espalda a todo pecado, con voluntad firme. Dirigiéndonos a Dios, encontramos certeza, y el calor de un gozo espiritual que nos eleva sobre todas nuestras miserias y nos une con Dios.
Y cuanto más débiles somos, cuanto más hayamos pecado, más nos sentimos urgidos a unirnos a Dios en amor puro".
"Mucha gente piensa que para mostrar su dolor por los pecados, tienen que hacer cosas extraordinarias, como ayunos, caminar descalzos, y otras cosas parecidas. La mejor penitencia, sin embargo, es apartarse de todo lo que no es Dios ni de Dios, ya se encuentre en tí, o en otra persona o cosa.
El verdadero arrepentimiento es acercarse a Dios con amor, afrontando honradamene lo que se ha hecho. Elige tu propio modo de hacer esto, y descubre que, cuanto más lo haces, más sincero será tu arrepentimiento. La conversión verdadera es semejante a lo que sucede con la pasión del Señor; cuanto más la imites, más desaparecerán tus pecados".
Maestro Eckhart
John Kirvan es el editor de un pequeño libro editado por San Pablo, dentro de un colección dedicada a proponer textos para la meditación diaria de grandes maestros espirituales. Los textos de esta entrada y de otras que aparecerán pertenecen a "Que puedas tener vida. Deja que los místicos te guíen en la Cuaresma", 2002. En este libro se proponen textos, oraciones y frases de importantes maestros espirituales cristianos. El Maestro Eckhart es uno de ellos.
Una buena reflexión, contiene muchas chispas de sabiduría. Creo que el arrepentimiento es entrar en la disposición de transformar los errores en amor. La libre y voluntaria decisión de actuar con más humanidad, de amar. Pienso que así nos abrimos a la Presencia que vive en nosotros.
ResponderEliminar